Astrónomos han anunciado que un objeto no identificado y totalmente ignorado que se ha mantenido al acecho en las profundidades de nuestro sistema solar es en realidad mucho mayor de lo que se pensaba hasta ahora. De hecho, es sólo un poco más pequeño que Plutón y Eris, lo que implica que es, de hecho, un planeta enano. Es más, es el tercer planeta enano más grande que conocemos en la Vía Láctea y el más grande, con mucho, de los cuerpos astronómicos de nuestro sistema sin bautizar.

Entonces, ¿cómo es posible que hayamos estado tanto tiempo sin darnos cuenta de lo grande e importante que es en realidad este pobre planeta enano sin nombre? No es la primera vez que hemos sido sorprendidos por nuestro sistema solar recientemente: no hace mucho por ejemplo, los científicos encontraron una luna oculta más allá de Plutón orbitando al planeta enano Makemake. Lo que ambos objetos tienen en común es que son oscuros y extraños, por lo que fue difícil detectarlos.

Este objeto sin nombre, etiquetado 2007 OR10 y a veces apodado ‘Blancanieves’, gira alrededor de nuestro Sol en las frías y oscuras profundidades del cinturón de Kuiper, más allá de Neptuno, que se puede apreciar relativamente bien en este ingenioso mapa. Este gélido mundo fue descubierto por primera vez en 2007, como su nombre indica, pero siempre ha resultado difícil observarlo adecuadamente. Es por esto que desde hace casi una década los astrónomos ha creído que medía tan solo alrededor de 1.280 kilómetros de diámetro y no le han dado más vueltas. Después de todo, conocemos aproximadamente otros 200 objetos que podrían ser planetas enanos, así que éste en particular no era especial.

(Imagen ampliable) Los mayores planetas enanos. Todos bautizados menos el del medio… Imagen: Konkoly Observatory/András Pál, Hungarian Astronomical Association/Iván Éder, NASA/JHUAPL/SwRI

Pero ahora los investigadores han utilizado dos telescopios espaciales, incluidos los datos de Kepler, nuestro cazaplanetas preferido, para conseguir obtener una visión adecuada del planeta enano. Con las nuevas observaciones, han logrado actualizar la evaluación del tamaño a un impresionante diámetro de 1.535 km, no por lo que es mucho menor que los interesantísimos Plutón y Eris. ¿Significa esto que ya es hora de darle a 2007 OR10 un nombre? Creemos que sí…

Hemos tardado tanto tiempo en apreciar plenamente 2007 OR10 porque es muy oscuro y lento. Su superficie es de color rojo oscuro, lo que lleva a los científicos a creer que podría deberse a un recubrimiento de hielo de metano en constante cambio, y apenas refleja nada de luz.

También gira muy lentamente, tardando unos 45 días en completar un día de rotación, siendo uno de los más largos del Sistema Solar. También tiene una órbita extraña, elíptica, que hace que sea difícil para nosotros observarlo durante períodos de tiempo consistentes.

Kepler logró echarle un vistazo en 2014, como se puede apreciar en estas borrosas imágenes de archivo que muestran una parte de su órbita:

2007 OR10, el cuerpo sin nombre de mayor tamaño del sistema solar, se hizo visible a finales de 2014 por la astronave Kepler. Lo que parece ser el cuerpo en movimiento es en realidad la posición cambiante de Kepler según realiza su órbita alrededor del Sol. La luz difusa que se percibe atravesando la imagen es un reflejo de Marte según transita, que es mucho más luminoso. Vídeo: Credits: Konkoly Observatory/László Molnár and András Pál

Estas son las imágenes de mejor calidad que tenemos hasta este momento, y dan una idea de por qué no teníamos idea de lo grande que era hasta ahora.

Sólo cuando los investigadores del observatorio Konkoly en Hungría decidieron combinar las observaciones de la misión de Kepler K2 con los del observatorio Herschel de la Agencia Espacial Europea, empezaron a obtener una imagen más clara.

Mediante el cálculo de la cantidad de luz que estaba reflejando el planeta, según los datos de Kepler, y luego combinando de esa información con datos de radiación de calor de Herschel, los investigadores fueron finalmente capaces de calcular una medida del tamaño exacto. Los resultados han sido publicados en The Astronomical Journal.

Basado en las estimaciones del tamaño, los científicos también pueden empezar a entender algunas de las características físicas del planeta enano por primera vez, incluyendo su composición.

«Nuestra revisión al alza del tamaño de 2007 OR10 hace que se vuelva más probable que el planeta esté cubierto de hielos volátiles de metano, monóxido de carbono y nitrógeno, que serían perdidos fácilmente al espacio de encontrarse en un objeto más pequeño», dijo el investigador principal, András Pál. «Es emocionante desentrañar detalles como éstos sobre un mundo nuevo y distante; especialmente por tener una superficie excepcionalmente oscura y rojiza para su tamaño».

La técnica fue tan exitosa que el equipo (y es de esperar que otros) la utilizará ahora para averiguar más acerca de todos los posibles planetas enanos que aguardan en el borde de nuestro sistema solar. Y van a utilizar sus resultados en 2007 OR10 por fin, comprometerse a nombrar a este garbancito… que ya no lo es.

«Los nombres de los cuerpos del tamaño de Plutón cada uno cuenta una historia acerca de las características de sus respectivos objetos. En el pasado, no conocíamos lo suficiente sobre 2007 OR10 como para darle un nombre que le hiciera justicia», dijo uno de los astrónomos involucrados, Meg Schwamb, desde el Telescopio Samuel Oschin cerca de San Diego, Estados Unidos. «Creo que estamos llegando a un punto en el que podemos dar a 2007 OR10 el nombre que le corresponde».

Es genial imaginar lo que los próximos 10 años podrían traer para nuestra comprensión de los objetos del cinturón de Kuiper. Para que no se nos olvide, hace 20 años, esta era la mejor imagen que teníamos de Plutón:

 

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