La idea de comer bichos ha creado un revuelo últimamente tanto en círculos foodies como en los de desarrollo internacional como una alternativa más sostenible al consumo de carne y pescado. Ahora, un informe que aparece en el Journal of Agricultural and Food Chemistry de ACS examina cómo los nutrientes, en particular el hierro, que proporcionan los saltamontes, grillos y otros insectos podrían realmente compararse con la carne de vacuno. Los resultados indican que los insectos podrían, de hecho, satisfacer esa necesidad dietética.

(Imagen ampliable) Comer insectos podría aportar tanto hierro (y otros nutrientes) como comer carne. Imagen: American Chemical Society

Insectos comestibles puede sonar poco apetecibles para muchos occidentales, pero han sido desde hace mucho parte de las dietas tradicionales en otras regiones del mundo, que ahora engloba a más de 2.000 millones de personas, según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. El informe también señala que alrededor de 1.900 especies de insectos han sido documentadas como una fuente de alimento a nivel mundial. No queda ninguna duda de que son una fuente de proteínas, pero si el mundo contempla la posibilidad de reemplazar a la carne con bichos, las criaturas tendrán que ofrecer algo más aparte de proteínas.

El hierro es un nutriente particularmente importante que a menudo falta en las dietas que no son de carne, causando anemia por deficiencia de hierro, lo que puede conducir a una menor cognición, problemas de inmunidad, resultados de embarazo pobres y otros problemas. A la luz de estas preocupaciones, Yemisi Latunde-Dada y sus colegas querían saber si los insectos comúnmente comidos podrían contribuir a una comida hecha y derecha.

Los investigadores analizaron saltamontes, grillos,  gusanos de la harina y gusanos de Alphitobius diaperinus por su contenido mineral y calcularon cuánto de cada nutriente probablemente sería absorbido tras su consumo, usando un modelo de laboratorio de digestión humana.

Los insectos tenían diferentes niveles de hierro, calcio, cobre, magnesio, manganeso y zinc. Los grillos, por ejemplo, tenían niveles más altos de hierro que los otros insectos. Y minerales como el calcio, el cobre y el zinc de saltamontes, grillos y gusanos están más fácilmente disponibles para la absorción que los mismos minerales en la carne de vacuno.

Los resultados por lo tanto apoyan la idea de que comer insectos podría ayudar potencialmente a cubrir las necesidades alimenticias de la creciente población mundial, según comentan los investigadores.

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