A pesar de la sabiduría convencional que sugiere que las mujeres son mejores que los hombres en el reconocimiento facial, los psicólogos de Penn State no hallaron diferencia alguna entre hombres y mujeres en su capacidad de reconocer caras y categorizar expresiones faciales.

En el estudio, los investigadores usaron pruebas de comportamiento, así como la neuroimagen, para investigar si existe una influencia del sexo biológico en el reconocimiento facial, según explica Suzy Scherf, profesora asistente de psicología y neurociencia.

«Existe una tradición común en la literatura conductual que dice que las mujeres son mejores que los hombres en muchos tipos de tareas de procesamiento de la cara, como pueden ser el reconocimiento facial y la detección y categorización de las expresiones faciales. No obstante, al mirar en la literatura empírica, los hallazgos no son tan claros», dijo Scherf. «Comencé este estudio con la plena esperanza de ver un claro efecto de sexo biológico del observador en el reconocimiento facial, y no encontramos ninguno. Y realmente buscamos a fondo».

(Imagen ampliable) Suzy Scherf es profesora asistente en el Departamento de Psicología de Penn State. Imagen: Patrick Mansell

Scherf explicó que el reconocimiento facial es una de las habilidades más importantes que la gente utiliza para abrirse camino en las interacciones sociales. También es una motivación clave para ciertos tipos de comportamiento, añade.

«Tras únicamente 30 milisegundos mirando una cara, puedes calcular su edad, el sexo, si conoces o no a la persona, si la persona es de confiar, si es competente, atractiva, cálida, atenta; podemos realizar categorizaciones en las caras así de rápido», explicó Scherf. «Y parte de eso está altamente coordinada con nuestras decisiones de comportamiento acerca de lo que vamos a hacer después de haber realizado esas atribuciones y decisiones. Por ejemplo, ¿quiero votar por esta persona? ¿Quiero tener una conversación con esta persona? ¿Cuál es mi lugar en la jerarquía establecida? Mucho de lo que hacemos está dictado por la información que obtenemos de las caras». [Curiosamente, como explicamos en esta historia, nuestras caras también se parecen a nuestros nombres.]

Scherf agregó que la importancia del reconocimiento facial para ambos sexos subraya la lógica de que hombres y mujeres deban tener la misma capacidad de reconocimiento facial.

«Las caras son tan importantes para los hombres, se puede argumentar, como lo son para las mujeres», dijo Scherf. «Los hombres obtienen los mismos indicios de las caras que las mujeres». [Como vimos aquí, incluso podrían mantener nuestra relación a salvo.]

Según Scherf, los investigadores no encontraron ninguna evidencia de otra creencia que se mantiene comúnmente sobre que las mujeres pueden reconocer caras de su propio sexo biológico más fácilmente que del otro, algo que se conoce como «sesgo del género propio».

Los investigadores, que publicaron sus hallazgos en eNeuro, usaron una común tarea de reconocimiento facial llamada Cambridge Face Memory Test (Prueba de Memoria Facial de Cambridge), que mide si una persona puede identificar una cara masculina determinada de entre tres caras. También crearon su propia versión femenina de la prueba de memoria, ya que debido a las preocupaciones anteriormente explicadas sobre un sesgo del género propio en las mujeres, el Cambridge Face Memory Test incluye sólo caras masculinas.

«No podíamos probar el sesgo de género sin una versión femenina de esta prueba», dijo Scherf, quien trabajó con Daniel B. Elbich y Natalie V. Motta-Mena, ambos estudiantes de posgrado en psicología.

(Imagen ampliable) El estudio no halló evidencia de la creencia comúnmente sostenida de que las mujeres pueden reconocer caras más fácilmente que los hombres. A la izquierda se pueden ver los resultados para las mujeres, en el centro los de los hombres, y a la derecha las diferencias, que son inexistentes. En la fila superior en el reconocimiento de caras, en la central la de objetos, la inferior la de lugares. Imagen: Patrick Mansell

En una segunda prueba, escanearon los cerebros de los participantes en una máquina de MRI mientras los sujetos observaban una serie de cortos videoclips de rostros desconocidos, caras famosas, objetos comunes y escenas de navegación, como un clip de la Tierra desde el espacio exterior; y en una tarea separada, se les pidió que reconocieran rostros específicos.

Después de las pruebas, los escáneres de la actividad neural que sucedió en aquellas áreas que se sabía servían para el reconocimiento facial (así como para otros tipos de reconocimiento visual) obtuvieron un resultado estadísticamente idéntico tanto para los hombres así como para las mujeres.

Los participantes fueron cuidadosamente seleccionados para el estudio porque ciertas condiciones pueden afectar el reconocimiento facial.

«Para permitir la inscripción de una persona en nuestro estudio, pasamos por un procedimiento de cuidadosa selección para asegurarnos de que las personas no tenían antecedentes de trastornos neurológicos o psiquiátricos ni en ellos, ni en sus familiares de primer grado», dijo Scherf. «Esto es importante porque en casi todos los trastornos afectivos como la depresión, la ansiedad, la esquizofrenia o el trastorno bipolar, el procesamiento de la cara se ve interrumpido».

Los investigadores también seleccionaron a los participantes con concusiones, ya que pueden interrumpir los patrones de activación y función cerebral, agregó Scherf.

Scherf, que también estudia los adolescentes y el desarrollo puberal, comenzó a investigar las diferencias biológicas entre los sexos para promover su propia comprensión de las diferencias sexuales, si las hay, en hombres y mujeres sexualmente maduros en comparación con los adolescentes. Este trabajo se vio apoyado por el Instituto de Investigación en Ciencias Sociales y la Fundación Nacional de Ciencias.

Artículo original publicado por Penn State. Revisado y traducido por ¡QFC!

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