Se trata de ventanas inteligentes que actúan como persianas en el verano y dejar pasar toda la luz del sol en el invierno. Esa es la idea de las ventanas reflectantes desarrolladas por Hitesh Khandelwal durante su investigación doctoral en la Universidad Tecnológica de Eindhoven (TU/e), en los Países Bajos, que son capaces de reflejar la luz infrarroja invisible, pero permiten el paso de la luz visible. Además, estas ventanas se pueden «activar y desactivar». Esta nueva tecnología reduce el consumo de energía para la refrigeración y la calefacción de los edificios en un 12%. Khandelwal ha recibido su doctorado para esta innovación basada en cristales líquidos orgánicos.

Calentar, enfriar e iluminar edificios representa la mitad del consumo de energía del entorno construido. La luz del día juega un papel importante aquí, con la luz solar entrante durante el verano causando altas temperaturas interiores que pueden conducir a un uso mucho más sustancial de aire acondicionado en los países más calientes. En el invierno la luz solar es una fuente de calefacción, lo que ahorra los costes de combustible.

Se oscurece o se descolora

(Imagen ampliable) Arriba: La temperatura se mantiene en días calurosos filtrando la radiación infrarroja (en rojo) y dejando pasar la luz visible (en amarillo). Abajo: en días fríos se permite el paso tanto de luz infrarroja como de luz visible. Imagen: Universidad Tecnológica de Eindhoven

Hace mucho que contamos con ventanas que reflejan la luz solar, pero una desventaja importante es que a menudo reflejan la luz visible y por lo tanto, se vuelven más oscuras y/o descoloradas. Además, las ventanas son estáticas, lo que significa, por ejemplo, que siempre tendrán un efecto enfriador, incluso cuando esto no sea necesario, como en invierno. Así que si tienes estas ventanas, en invierno los hogares tienen que quemar más combustible para mantener una temperatura equitativa.

Interruptor de encendido/apagado

Las ventanas reflectantes inteligentes desarrolladas por Khandelwal pueden dejar fuera la luz con una longitud de onda de entre 700 y 1400 nm. Esta luz está en el infrarrojo y es invisible, pero aun así contiene casi el 50% de la energía de la luz solar. Lo innovador de estas ventanas es también que se pueden encender y apagar. Los usuarios pueden utilizar un interruptor de encendido/apagado para hacer esto o pueden hacer uso de una opción automática basada en sensores de temperatura, por ejemplo.

Capa reflectante

La capa reflectante de la ventana contiene cristales líquidos orgánicos, como los que nos son familiares en nuestros teléfonos inteligentes, que pueden reflejar de forma selectiva la luz de una determinada longitud de onda si están dispuestos de una manera especial. Aplicando una carga eléctrica, estas moléculas se pueden «alinear» y reflejar la luz del sol. Al añadir diferentes moléculas de cristal líquido, Khandelwal fue capaz de bloquear casi el 100% de la luz solar entre 700 nm y 1400 nm, sin embargo la transparencia de la luz visible era todavía alrededor del 90%, comparable con la transparencia del doble acristalamiento.

Coches e invernaderos

El recubrimiento ya funciona con un efecto óptimo entre dos cristales. Para reducir los costes, el estudiante de doctorado también desarrolló prototipos de un revestimiento que se puede aplicar en paneles existentes. Aparte del uso en edificios, las ventanas inteligentes también son adecuadas para reducir el consumo de energía en coches e invernaderos.

Artículo original publicado por la Universidad Tecnológica de Eindhoven. Revisado y traducido por ¡QFC!

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