Estos macacos cangrejeros que habitan cerca de un templo indonesio han descubierto cómo ejecutar una estafa de rescate a los turistas que lo visitan.

Los monos toman objetos de valor, como gafas, sombreros, cámaras o, en un caso, un manojo de dinero en efectivo de la taquilla para, a continuación, esperar a que el personal del templo les ofrezca comida a cambio de dejar caer su botín malamente adquirido y correr con el sabroso premio.

Aunque este comportamiento ya se había reportado anecdóticamente en el Templo de Uluwatu en la isla de Bali durante años, nunca había sido estudiado científicamente en la naturaleza. Así pues Fany Brotcorne, primatóloga de la Universidad de Lieja en Bélgica, y sus colegas se dispusieron a descubrir cómo y por qué se había extendido este hábito a través de la población de monos.

«Es un comportamiento único. El Templo de Uluwatu es el único lugar en Bali donde se encuentra», dice, lo que sugiere que es un comportamiento aprendido más que una habilidad innata.

Brotcorne quería determinar si era realmente cultural, ya que podría ayudarnos a entender mejor las habilidades cognitivas del mono, e incluso la evolución humana.

Robo y trueque

Pasó cuatro meses observando cuatro grupos diferentes de monos que viven cerca del templo. Los dos grupos que pasaron la mayor parte del tiempo alrededor de los turistas tenían las tasas más altas de robo y trueque, apoyando la idea de que estaban aprendiendo el comportamiento observándose los unos a los otros. Los grupos con un mayor número de varones jóvenes, que son más propensos a comportamientos de riesgo, también tenían tasas más altas que otros grupos.

Aunque este estudio, publicado en la revista Primates, se basa en sólo una pequeña muestra, Brotcorne cree que su equipo ha encontrado la primera evidencia preliminar de que el comportamiento es cultural, transmitido a través de las generaciones por monos aprendiendo unos de otros.

En los años transcurridos desde estas observaciones ha reunido más evidencias: los miembros de un quinto grupo de macacos que se trasladaron a la zona alrededor del templo también han comenzado a aprender que pueden intercambiar bienes robados por bocadillos.

Serge Wich, primatólogo de la Universidad John Moores de Liverpool en el Reino Unido, dice que el trabajo de Brotcorne proporciona «un ejemplo novedoso y bastante espectacular de flexibilidad en el comportamiento de los primates en respuesta a los cambios ambientales». [La historia sigue después del vídeo. No olvides de seleccionar subtítulos (CC) y seleccionar el lenguaje.]

Tradiciones criminales

Es particularmente interesante, añade, porque el mismo comportamiento no se observa en otros lugares donde podría ocurrir. «Esto indica que puede ser una nueva tradición conductual en los primates y una que nos enseña que las nuevas tradiciones pueden involucrar el robo y el trueque con una especie diferente», dice.

Brotcorne dice que su trabajo debería ayudar a los investigadores a aprender más sobre la psicología de los primates: cómo se transmite la información entre los grupos, hasta qué punto llegan a comprender sus propias acciones y cómo planifican para el futuro.

Podría incluso ayudar a responder preguntas sobre la evolución de nuestras propias capacidades cognitivas. «Las habilidades del trueque y el comercio no son bien conocidas en los animales. Por lo general se definen como exclusivos en los seres humanos», dice.

Pero verlo en macacos podría ayudarnos a conocer lo pronto que podría haber surgido el comportamiento en la evolución del linaje humano.

¿Fue Brotcorne alguna vez víctima de su propio tema de investigación?

«Oh, tantas veces», dice. «Los monos siempre estaban tratando de robar mi sombrero, mi pluma, ¡incluso mis datos de investigación!»

Artículo original publicado en New Scientist. Revoisado y traducido por ¡QFC!

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