Todos hemos visto películas como ¡Olvídate de mí!, Origen o Desafío total en las que se muestra una realidad en la que la modificación, el borrado o la creación e implantación de memorias en la mente humana son una realidad casi cotidiana (quien no haya visto la magnífica ¡Olvídate de mí! debería buscar una solución ipso facto).

Si bien todavía no existe una comprensión clara sobre el mecanismo a través del cual se crean las memorias, los científicos están comenzando a entender su funcionamiento, y por qué en unas ocasiones somos capaces de traer a la memoria recuerdos ancestrales como si hubieran sucedido ayer, pero somos incapaces de recordar qué comimos el día anterior.

Desde hace décadas sabemos que es posible generar falsas memorias en las personas a través del psicoanálisis, y un sustancial número de casos a lo largo de los últimos dos siglos dan constancia de ello. De hecho la acumulación de casos a lo largo de los años 80 desembocó en lo que se terminó por conocer como La Guerra de las Memorias. Esta situación se dio a conocer principalmente con la publicación del libro del mismo título en 1995, escrito por Frederick Crews. En él se ponían de manifiesto las consecuencias de terapias de psicoanálisis en las que los pacientes eran sometidos a terapias de recuperación de memoria. Este tipo de terapias tenían como cometido restaurar memorias reprimidas por los pacientes, en ocasiones horribles, como el abuso infantil, el aborto forzado o todo tipo de vejaciones a la persona. Lo que no se sabía al principio, y se llegó a conocer a finales del Siglo XX, es que este tipo de terapia podía llegar a generar memorias en el paciente que nunca existieron. El revuelo que causó fue monumental, como no podía ser de otra manera.

Del mismo modo, recientemente neurocientíficos han descubierto cómo borrar y crear memorias en ratones. Es un primer paso para un futuro con memorias maleables y la personalización de recuerdos, igual que en las películas. Así como hubo un tiempo en que se creía que las memorias eran inmutables fotogramas del pasado, estos científicos están mostrando lo susceptibles que son a la reinterpretación, la revisión y la modificación. En lo que al pirateo de la memoria se refiere, no es un tema de si será una realidad, sino de cuándo lo será.

Nuevos estudios están mostrando cómo las memorias son imperfectas y maleables impresiones de actos pasados en constante cambio. Cada vez que traemos un recuerdo a la memoria, nuestro cerebro inicia un proceso de revisión de la misma. Esto significa que cada vez que traemos a la mente una memoria pasada, la estamos alterando. Resulta una idea un tanto desoladora, pero es cierto: la fidelidad de nuestras memorias se degrada con el tiempo.

No sólo las memorias se degradan, sino que además, crear memorias es relativamente sencillo. La psicóloga Julia Shaw recientemente publicó un artículo científico junto con el psicólogo Stephen Porter en que se detalla la implantación (con consentimiento del paciente) de memorias ficticias relacionadas con haber cometido crímenes diversos. En palabras de los autores, “estos recuerdos falsos de crímenes son similares a los recuerdos falsos de eventos no-criminales, y a eventos que son ciertos [el experimento contemplaba la creación de recuerdos criminales, la implantación de recuerdos que no eran criminales, y la comparación con recuerdos verídicos], mostrando el mismo tipo de componentes descriptivos y multisensoriales complejos.” Además añaden, “parece que, en el contexto de una entrevista altamente sugestionable, la gente está bastante dispuesta a generar una gran riqueza de falsas memorias de haber cometido un crimen.” Este trabajo puede tener grandes consecuencias en interrogatorios (entrevistas altamente sugestionables) o en la declaración de testigos de eventos relevantes.

Fotograma de «Del revés,» 2015

Ahora que sabes que tus memorias son maleables, no son exactas, cambian con el tiempo, adquieren nuevos significados, o hasta desaparecen o se crean de la nada, seguro que te gustaría conservar las más importantes en burbujas, al más puro estilo Del revés.

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