Desde hace un tiempo se conoce la existencia de dos cuerpos masivos de material que se encuentran en lo profundo de la Tierra, más o menos en lados opuestos del planeta. Ambas estructuras, cada una del tamaño de un continente y unas 100 veces más altas que el Everest, se asientan sobre el núcleo, a casi 3.000 kilómetros de profundidad, y aproximadamente a mitad de camino del centro de la Tierra.

Los científicos de la Universidad Estatal de Arizona en Estados Unidos Edward Garnero, Allen McNamara y Sang-Heon (Dan) Shim, de la Escuela de Exploración de la Tierra y el Espacio, sugieren que estos cuerpos están compuestas por algo diferente al resto del manto terrestre. El estudio de los científicos fue publicado en Nature Geoscience.

Posiblemente la ilustración más clara del funcionamiento de la convección. Imagen: Oni Lukos (C BY-SA 3.0)

«Si bien el origen y la composición de los cuerpos son todavía desconocidos», explicó Garnero, «sospechamos que aportan importantes pistas sobre cómo se formó la Tierra y cómo funciona hoy en día».

Estos dos grandes cuerpos, comenta, también pueden ayudar a explicar el sistema de conductos que desata algunas erupciones volcánicas masivas, así como el mecanismo de las placas tectónicas a través de la convección, que es el transporte de calor por medio del movimiento de un fluido, en el manto. Esta es asimismo la geo-fuerza que impulsa los terremotos. Para saber más acerca del funcionamiento de las placas tectónicas y ver cómo han moldeado la superficie de nuestro planeta a lo largo de los tiempos, puedes ver nuestra historia “La evolución de la superficie terrestre desde hace 540 millones de años hasta hoyaquí.

Agitación en las profundidades

La Tierra está compuesta por capas al igual que una cebolla, con una fina corteza externa, un manto viscoso espeso, un núcleo externo fluido y un núcleo interno sólido. Los dos cuerpos estudiados se asientan sobre el manto en la parte superior del núcleo de la Tierra, por debajo el Océano Pacífico en uno de los lados y por debajo de África y del Océano Atlántico en el otro.

(Imagen ampliable) Ilustración que muestra cómo viajan las ondas sísmicas a través del interior de la Tierra

Las observaciones han revelado que conforme las ondas causadas por los terremotos pasan a través de las profundidades interiores de la Tierra, éstas viajan a menor velocidad al pasar por las regiones donde se encuentran los dos cuerpos. Este efecto es similar al efecto que se obtiene al arrojar una piedra a un estanque. Un estanque de agua provocará ondas que se dispersarán a una determinada velocidad. Si el estanque está compuesto por arcilla líquida, por ejemplo, las ondas se dispersarán más lentamente. Se cree que los materiales del manto que rodean a estas dos regiones se componen de las rocas más frías, asociados con el movimiento hacia abajo de las placas tectónicas (su hundimiento).

Estos cuerpos, también llamados “pilas termoquímicas”, han sido representados durante mucho tiempo como materiales del manto más calientes que la media, que son empujados hacia arriba gracias al efecto de la lenta agitación de la roca caliente del manto. El nuevo estudio sostiene que también son químicamente diferentes de la roca que rodea el manto, y puede contener en parte material sepultado por efecto de la tectónica de placas. Es posible, incluso, que sean materiales sobrantes de la formación de la Tierra, hace unos 4,5 mil millones de años.

Aún queda mucho que aprender acerca de estos cuerpos, pero la idea que comienza a emerger de la información sísmica y geodinámica es que parecen ser más densos que los materiales presentes en el manto que se encuentra a su alrededor. Asimismo, son dinámicamente estables y de larga duración, y han sido moldeados por los flujos a gran escala del manto. Los científicos esperan que otros trabajos sobre estas dos anomalías de las profundidades ayuden a clarificar la foto y a desvelar su origen.

«Si un neurólogo encontrara una estructura desconocida en el cerebro humano, toda la comunidad de científicos del cerebro, desde los psicólogos hasta los cirujanos, se dedicarían activamente a incrementar la comprensión de su rol en la función de todo el sistema», dijo Garnero.

«A medida que se analizan con mayor profundidad las pilas termoquímicas, esperamos que otros científicos de la Tierra exploren el modo en que estas formaciones encajan en el gran rompecabezas del planeta Tierra».

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