Somos unos gordos. Pero no sólo estamos rollizos y grasos, un estudio realizado por investigadores del Imperial College de Londres sugiere que hemos alcanzado un nuevo hito, con más personas en el mundo clasificadas por primera vez como obesas que como por debajo de su peso apropiado. Esto conlleva toda una serie de problemas, como por ejemplo, y como expusimos en ¡QFC!, un aumento del riesgo de diversos tipos de cáncer.

Hoy es común ver campañas de moda para tallas grandes. Imagen: Natalie Craig

El hallazgo se basa en el estudio de los datos de Índice de Masa Corporal (IMC) de casi 20 millones de personas en 186 países diferentes, registrados entre 1975 y 2014. Tras extrapolar las tasas de obesidad de estos datos, los investigadores afirman que el número de personas obesas ha aumentado de 105 millones en 1975 a 641 millones en 2014. Mientras tanto, el número de personas con bajo peso ha crecido desde 330 millones hasta 462 millones.

El resultado muestra que el 10,8 por ciento de los hombres y el 14,9 por ciento de las mujeres fueron clasificados como obesos en 2014, frente a un 3,2 por ciento y 6,4 por ciento, respectivamente, en 1975. Por el contrario, los porcentajes de aquellos considerados como de bajo peso han caído del 14 por ciento a 9 por ciento entre los hombres y del 15 por ciento al 10 por ciento para las mujeres, durante el mismo período de tiempo.

Durante las últimas cuatro décadas, la media del IMC ajustado a la edad aumentó de 21.7 kg/m² a 24,2 kg/m² en los hombres y de 22.1 kg/m² a 24,4 kg/m² en las mujeres, lo que supone una población mundial engordada hasta 1,5 kg de media cada década. Si la tasa de obesidad continúa a este ritmo, para alrededor del año 2025 una quinta parte de los hombres (18%) y mujeres (21%) en todo el mundo serán obesos (30 kg/m2 o más) , y más del 6% de los hombres y el 9% de las mujeres será severamente obesos (35 kg/m² o más).

¿Cuáles son los países de habla hispana más obesos?

(Imagen ampliable)
(Imagen ampliable)

Considerando la enorme cantidad de hispanohablantes residentes, incluimos en el cómputo a Estados Unidos, cuyo IMC medio en 2014 fue el más alto, presentando un nivel de 28.9 kg/m² para hombres y 28.7 kg/m² para mujeres. A Estados Unidos les siguen, para hombres, Puerto Rico (28.2 kg/m²), Chile (27.7 kg/m²), Argentina (27.6 kg/m²), México (27.5 kg/m²), España (27.5 kg/m²) y Venezuela (27.3 kg/m²). Para mujeres, le siguen México (28.6 kg/m²), Puerto Rico (28.3 kg/m²), El Salvador (28 kg/m²), Chile (28 kg/m²), Nicaragua (27.8 kg/m²) y Panamá (28.7 kg/m²). Se pueden ver más detalles en los gráficos adjuntos. Para la lista completa de países, puedes entrar aquí.

Otros problemas

No obstante, el bajo peso corporal excesivo sigue siendo un problema grave de salud pública en las regiones más pobres del mundo, y los autores advierten que las tendencias globales en el aumento de la obesidad no deben ocultar el continuo problema de peso inferior al normal en estas naciones pobres. Por ejemplo, en el sur de Asia casi una cuarta parte de la población continúa sufriendo de bajo peso, y en África central y oriental los niveles de desnutrición siguen siendo superiores al 12% en mujeres y 15% en hombres.

«Durante los últimos 40 años, hemos pasado de un mundo en el que la prevalencia del peso excesivamente bajo era más del doble que el de la obesidad, a uno en que hay más gente obesa que desnutrida,» explica el autor principal, el profesor Majid Ezzati de la Escuela de Salud Pública de la Imperial College de Londres en el Reino Unido. «Si continúan las tendencias actuales, no sólo el mundo no cumplirá con el objetivo de detener el aumento de la obesidad para mantenerlo en niveles de 2010 para el año 2025, sino que habrá más mujeres severamente obesas que de bajo peso para el año 2025.»

El estudio espera que las autoridades reaccionen para mantener a la sociedad más sana.

Y añade: «Para evitar una epidemia de obesidad severa, nuevas políticas dirigidas a reducir la velocidad y detener el aumento mundial de peso corporal deben ser implementadas de forma rápida y ser rigurosamente evaluadas, incluyendo políticas astutas de alimentos y una formación sanitaria mejorada.»

Los hallazgos provienen de un nuevo análisis exhaustivo de las tendencias globales, regionales y nacionales en los IMC de personas adultas (mayores de 18 años) entre 1975 y 2014. Por primera vez, esto incluye la proporción de individuos clasificados como de bajo peso (menos de 18,5 kg/m²), severamente obesos (35 kg/m² o superior) y obesidad mórbida (40 kg/m² o superior).

Por supuesto, el IMC no es una medida perfecta para evaluar si una persona tiene sobrepeso o no, pero por ahora es lo que usa la profesión médica, por lo que es lo mejor que tenemos. Y, en cualquier caso, no debemos necesariamente tomar este estudio personalmente, sino con la esperanza de que cambien las políticas nacionales de salud.

Objetivo del estudio

«Esperamos que estos resultados creen la necesidad imperativa de trasladar la responsabilidad del individuo a los gobiernos y de desarrollar e implementar políticas que hagan frente a la obesidad,» explicó a la BBC el profesor Majid Ezzati, uno de los investigadores. «A modo de ejemplo, a menos que hagamos opciones alimenticias saludables como frutas y verduras frescas asequibles para todo el mundo y aumentemos el precio de los alimentos procesados no saludables, es poco probable que cambie la situación.»

El estudio se hace eco tanto de la obesidad existente en unos países como de la desnutrición que asedia a otros.

En un comentario relacionado, el profesor George Davey Smith, de la Unidad Integrativa Epidemiológica del MRC, de la Escuela de Medicina Social y de la Comunidad en Bristol, Reino Unido discute «un mundo más gordo, también más sano, pero más desigual.» Señala que aunque en los países de altos ingresos la obesidad es un problema importante y creciente, la desnutrición en los países de bajos ingresos sigue siendo un importante problema de salud, en particular para los hijos de mujeres de peso muy insuficiente. Escribe: «La obsesión en la obesidad a expensas del reconocimiento de la sustancial carga que aún prevalece de la desnutrición amenaza con desviar recursos de los trastornos que afectan a los pobres a los que tienen más probabilidades de afectar a los más ricos en los países de bajos ingresos.»

La Organización Mundial de la Salud tiene como objetivo asegurar que los niveles de obesidad no sean superiores en 2025 de lo que lo eran en 2010. Este estudio, afirman los investigadores, sugiere que esto será prácticamente imposible.

Deja tu comentario