Las personas mayores tienen dificultades para recordar detalles importantes porque sus cerebros no pueden evitar absorber inconscientemente «cosas» irrelevantes, según un nuevo estudio del Instituto de Tecnología de Georgia. Como resultado, tienden a tener menos confianza en sus recuerdos.
Los investigadores analizaron la actividad cerebral con sensores de electroencefalografía (EEG) y vieron que los participantes mayores se sumergían en un breve «viaje en el tiempo mental » para tratar de recordar los detalles. Este viaje por su subconsciente les llevó a un abarrotado espacio lleno tanto de información relevante como irrelevante. Este desorden hizo que los individuos sintieran menos confianza en sus recuerdos, incluso cuando eran correctos. Un cerebro saturado es una de las razones por las que las personas mayores son más susceptibles a la manipulación, explican los investigadores en su estudio publicado en la revista Neuropsychologia.
En el experimento, los investigadores conectaron una serie de sensores EEG a las cabezas tanto de adultos mayores (60 años y más) como de estudiantes universitarios mientras les mostraban una serie de imágenes de objetos cotidianos. A cada foto le acompañaba un color y una escena (por ejemplo, una sala de estar). Los participantes recibieron instrucciones para centrarse en un aspecto e ignorar el otro. Una hora más tarde, se les preguntó si el objeto era nuevo o viejo, y si coincidía con el color y la escena.
Lo cierto es que ninguno de los dos grupos de edad fue muy bueno recordando lo que se les pidió que ignoraran. En cambio, ambos grupos consiguieron recordar sin problemas el objeto y aquello en lo que se suponía que tenían que centrarse.
«Pero cuando nos preguntamos si estaban seguros, las personas mayores echaron atrás un poco sus respuestas. No estaban tan seguros», explica Audrey Duarte, profesora asociada de psicología y directora del estudio.
El equipo de investigadores se percató de que existían diferencias en las actividades cerebrales de jóvenes y mayores. Los cerebros adultos mayores pasaron más tiempo e hicieron un mayor esfuerzo tratando de reconstruir sus memorias.
«Al tratar de traer a la memoria, sus cerebros pasaron más tiempo remontándose en el tiempo en un intento de reconstruir aquello que había sido visto con anterioridad», dijo. «Pero no sólo [trataron de reconstruir] aquello en lo que se habían centrado. Parte de lo que se les pidió que ignoraran también quedó retenido en sus mentes».
Duarte utiliza como ejemplo una fiesta. Dos personas mayores están manteniendo una conversación. Y a pesar de que sólo están concentrándose en la conversación, sus cerebros absorben el ruido presente en la habitación.
«Cuando llega el momento de recordar la conversación, puede que les cueste un poco recordar algunos detalles. Esto se debe a que sus cerebros también están tratando de descifrar los otros ruidos», dijo. «¿Qué música estaba sonando? ¿Qué estaba diciendo la pareja que se encontraba junto a ellos? Ese material extra no debería estar en su memoria en absoluto, pero lo está. Y afecta negativamente su capacidad para recordar con claridad la conversación».
Las personas más jóvenes eran más rápidas para recordar detalles y utilizaron menos energía cerebral. La información irrelevante nunca se llegó a almacenar en primer lugar, lo que ayudó a mantener sus memorias relativamente libres de “trastos”. Y es por eso que se encontraban más seguros que los participantes de mayor edad al recordar los detalles pertinentes.
La falta de confianza, explicó Duarte, puede conducir a la manipulación.
«Si alguien te asegura que deberías recordar algo de cierta manera, es más fácil persuadirte de ello si te falta confianza», dijo. «Esta memoria abarrotada que termina causando un bajo nivel de confianza podría ser una razón por la cual los adultos mayores a menudo son víctimas de fraudes financieros, que por lo general se producen cuando alguien trata de engañarles usando conversaciones previas que nunca tuvieron lugar».