Suave, ligera y biodegradable, pero más fuerte que el acero: un equipo de investigadores anunció que había logrado producir seda de araña sintética, uno de los materiales más fuertes de la naturaleza.
Refinados a través del largo proceso de evolución, los hilos de seda tejidos por arañas son 30 veces más delgados que un cabello humano y más fuertes incluso que el Kevlar, una fibra sintética utilizada en la fabricación de chalecos antibalas.
Los científicos se han esforzado durante mucho tiempo en copiar las propiedades únicas de estos hilos, que son esencialmente largas cadenas de moléculas de proteínas unidas.
Al tejer, la araña segrega una solución proteínica a través de un conducto estrecho, a lo largo del cual la acidez cambia y la presión aumenta, haciendo que las moléculas se unan y formen cadenas.
Pero las arañas son notoriamente difíciles de criar, ya que producen pequeñas cantidades de seda, y tienen la propensión a comerse las unas a las otras. [En este explícito y ligeramente repulsivo vídeo puedes ver cómo se extrae la seda de una araña.]
Ahora un equipo de Suecia anunció que han logrado copiar la hazaña de la araña usando proteínas en la bacteria E. coli y un «aparato de hilado» que imita los cambios de pH que las arañas utilizan para hacer la seda.
«Esto nos permitió por primera vez hilar seda de araña artificial sin usar productos químicos agresivos», dijo el coautor del estudio, Jan Johanson, de la Universidad Sueca de Ciencias Agropecuarias de Uppsala.
«Las altas cantidades de proteínas producidas en bacterias nos permiten hilar un kilómetro de fibras biomiméticas con tan sólo un litro de cultivo de E. coli».
Las hebras son biocompatibles y pueden resultar útiles en medicina regenerativa, dijo el equipo.
Pueden ser utilizadas, dijo Johansson, para la reparación de la médula espinal o en el crecimiento de células madre para reparar corazones dañados.
La invención puede ser también útil en la industria textil, por ejemplo para hacer una protección del cuerpo más ligera y más fuerte.
El estudio fue publicado en la revista Nature Chemical Biology.
Artículo original publicado por la agencia de noticias AFP. Revisado y traducido por ¡QFC!