El análisis transnacional con datos de más de 150 países muestra que cuanto más penetra el uso de Facebook en el público, mayor es la probabilidad de que la corrupción gubernamental se encuentre con protestas, según explica Sudipta Sarangi, del Departamento de Economía de Virginia Tech, en Estados Unidos. Sarangi explicó que los medios de comunicación social sirven como aliados de la prensa.
«Este estudio subraya la importancia que tiene la libertad dentro de Internet, [una libertad] que se ve amenazada en muchos países del mundo», dijo Sarangi, quien añadió que los medios de comunicación social tienen una correlación negativa con la corrupción, independientemente del grado de libertad de prensa que exista. En otras palabras, Facebook también ayuda a reducir y/o disminuir la corrupción en aquellos gobiernos donde la libertad de prensa es baja.
«Al mostrar que los medios sociales pueden afectar negativamente la corrupción, ofrecemos otra razón más a favor de la libertad en la red», dijo.
El estudio tuvo en cuenta una serie de variables de control, incluyendo otros factores económicos, democráticos y culturales, dijo Sarangi. También llega justamente tras una volátil elección estadounidense en la que Facebook y otras plataformas de medios sociales fueron vistos como culpables de la difusión de «noticias falsas», especialmente vinculadas a la política.
Sarangi comenzó el estudio en 2012, mientras se encontraba en la Universidad Estatal de Luisiana, en Estados Unidos, con el coautor Chandan Kumar Jha, ahora profesor asistente en el Colegio Le Moyne en Siracusa, en Nueva York. En ese momento, Sarangi dijo que los medios de comunicación social estaban siendo utilizados para organizar protestas contra la corrupción en su país natal y el de Jha, ambos de la India. También siguió al auge de la Primavera Árabe en Oriente Medio en 2011, donde grandes protestas llegaron incluso a derrocar a los gobiernos.
«Nuestros resultados iniciales fueron alentadores ya que encontramos una correlación negativa significativa entre la penetración de Facebook y la corrupción en una pequeña muestra de países», dijo Sarangi.
Varios estudios cualitativos ya habían abordado el uso de las redes sociales para eliminar la corrupción, y muchos otros estudios se han centrado tanto en Internet como en el llamado ‘gobierno electrónico’ y su impacto en la corrupción. Sarangi dijo, sin embargo, que pocos estudios cuantitativos han mirado específicamente a los medios de comunicación social y su impacto en la corrupción porque los datos específicos de cada país son difíciles de adquirir.
El estudio de Sarangi y Jha es el primero de su tipo en establecer un vínculo entre los medios sociales y la corrupción en más de 150 países, mostrando el papel complementario de los medios de comunicación social junto con la prensa en países abiertos y su mayor impacto en países opresivos. El estudio presenta una prueba de falsificación que verificó si acaso los resultados habrían sido verdaderos para una era pre-Facebook en los mismos países.
Los hallazgos mostraron que este no era el caso. También se consideraron las plataformas de medios sociales sancionadas por el gobierno.
«Establecer la causalidad ha sido un tema difícil en la literatura sobre corrupción, simplemente porque los gobiernos corruptos también pueden controlar los medios sociales», dijo Sarangi.
Agregó que gran parte del contenido sobre anticorrupción publicado en Facebook es creado por los usuarios y compartido individualmente, ampliando la audiencia con cada acción de compartir.
En otras palabras, Sarangi y Jha informan que los medios de comunicación social, a modo de herramienta tecnológica de información y comunicación, permite la comunicación multidireccional en contraposición a los medios tradicionales como la televisión y los medios impresos que permiten la comunicación unidireccional. Las vueltas que da este tipo de comunicación es más difícil de controlar por los censores del gobierno.
«De hecho, el papel de los medios de comunicación social y de Internet en el suministro de noticias imparciales e independientes en varios países como China, Rusia y Malasia ha sido ampliamente reconocido por los investigadores «, agregó Sarangi.
«Las redes sociales proporcionan medios baratos y rápidos de compartir información y llegar a un público más amplio para organizar protestas públicas contra las actividades corruptas de funcionarios gubernamentales y políticos. Por lo tanto, no es una sorpresa que los gobiernos despóticos favorezcan el control de las redes sociales».
Además, la interacción en las plataformas de medios sociales suele ser compartida entre amigos y familiares, lo que añade una conexión personal y por lo tanto más credibilidad percibida a la información compartida. Sarangi dijo que las personas pueden sentirse obligadas a actuar sobre esa información para mostrar solidaridad con la familia o amigos.
A fecha de febrero de 2017, se estima que Facebook contaba con 2.000 millones de usuarios en todo el mundo, según la CNN. Entre los países estudiados por Sarangi y Jha: Dinamarca se corona como el país menos corrupto, y Somalia como el que más [puedes ver el ránking aquí].
«A medida que las redes sociales evolucionan para ser una parte cada vez más importante de nuestra vida cotidiana, es importante continuar las investigaciones para ayudarnos a entender cómo estas herramientas están afectando nuestras vidas», dijo Brandi Watkins, profesora asociada en el Departamento de Comunicación, en el Colegio de Artes Liberales y Ciencias Humanas de Virginia Tech. Watkins no estuvo involucrada en este estudio, pero investiga el uso de los medios sociales.
«En relación con este estudio, es importante ver cómo las plataformas como Facebook se pueden utilizar para mejorar las cuestiones sociales, especialmente en el área de la corrupción», dijo Watkins. «Este estudio destaca la necesidad de tener acceso a información, ya sea a través de medios tradicionales o de las redes sociales, para reducir la corrupción».
Artículo original publicado por la Universidad de Virgina Tech. Revisado y traducido por ¡QFC!