Los científicos en Australia están desarrollando nuevos compuestos que, según afirman, podrían detener la formación de cicatrices. La función de los compuestos es detener la enzima llamada lisil oxidasa, que permite que reticule el colágeno en la cicatrización de las heridas, dando como resultado la formación de cicatrices.

El estigma de la desfiguración

Si alguna vez sufriste una lesión, ya sea grande o pequeña, es probable que hayas terminado con una cicatriz. Las cicatrices, después de todo, son el resultado natural de la cicatrización de las heridas y, normalmente, no existen muchas maneras de evitarlas. Hasta ahora.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Australia Occidental, la Fundación Fiona Wood, y la Unidad de Quemaduras del Hospital Royal Perth recientemente crearon nuevos compuestos que, afirman, podrían detener la formación de cicatrices. «El tratamiento que estamos desarrollando se centra en las principales necesidades de los pacientes con quemaduras, queloides y contracturas de Dupuytren, una deformidad de la mano», dijo el Ph.D. Swaminathan Iyer. «Estos pacientes tienen extensas cicatrices, lo que puede perjudicar sus movimientos. No existen tratamientos actuales disponibles para ellos, y queremos cambiar esto».

Inhibidores de LOX

(Imagen ampliable) Reticulación de las proteínas de colágeno (verde) en fibroblastos de un paciente con Dupuytren durante el proceso de cicatrización natural. Imagen: Laboratorio de Iyer

Sólo en Estados Unidos, alrededor de 250.000 pacientes se someten todos los años a tratamientos quirúrgicos para los queloides (cicatrices gruesas que se forman en relieve), así como otros tipos de cicatrización excesiva. Para evitar esto, Iyer y sus colegas estudiaron compuestos que podrían poner fin a una enzima llamada lisil oxidasa o LOX. Durante la formación de cicatrices, se ha hallado que esta enzima permite que el colágeno que contribuye a la curación de heridas se reticule, lo que, a su vez, conduce a la formación de cicatrices.

De este modo, el equipo desarrolló «nuevas moléculas pequeñas y altamente selectivas», que se probaron utilizando un modelo de «cicatriz-en-bote». Esta técnica, que emula la formación de cicatrices, implicó el cultivo de fibroblastos humanos de tejidos de cicatrices en una placa de Petri, provocando la sobreproducción y la secreción de colágeno. Para su estudio, el equipo añadió LOX a los cultivos de los pacientes con queloides y otros tipos de tejidos de cicatriz, y detectó los cambios usando microscopía de dos fotones combinada con análisis bioquímico e inmunohistoquímico.

«Los datos preliminares sugieren que la inhibición de la lisil oxidasa altera la arquitectura del colágeno y restaura la arquitectura normal que se encuentra en la piel», dijo Iyer, a lo que añadió que esperan probarlo en humanos «en unos años».