Cuando se trata del origen de los “cuentos de hadas” occidentales, los hermanos Grimm del siglo XIX reciben mucho crédito. Pocos académicos creen que los Grimm fueron realmente responsables de la creación de sus cuentos, pero de lo que probablemente nunca se dieron cuenta fue de cuántos años tienen realmente estas historias. En un nuevo estudio, una tesis que trata a las fábulas como si fueran una especie en evolución, se halló que algunas de ellas podrían haberse originado hace 6.000 años.

(Imagen ampliable) Ubicaciones aproximadas de las poblaciones indoeuropeas en Eurasia. Coloración organizada por subfamilia lingüística: rojo: germánico; rosa: báltico-eslavo; naranja: romance; verde: celta; azul: indoiraní; turquesa: helénico; gris: albano; marrón: armenio. Imagen: Tehrani y da Silva

La base para el nuevo estudio, publicado en Royal Society Open Science, es un enorme “repositorio en línea” con más de 2.000 relatos distintos de diferentes culturas indoeuropeas, conocido como el índice Aarne-Thompson-Uther, compilado en 2004. Aunque no todos los investigadores coincidan en las especificidades, todas las culturas indoeuropeas modernas (que abarcan toda Europa y gran parte de Asia) descendieron de pueblos Proto-Indo-Europeos que vivieron durante el período neolítico (10.200 AEC (antes de la era común)-2000 AEC) en Europa Oriental. Se cree que gran parte del lenguaje moderno del mundo ha evolucionado a partir de ellos.

Para llevar a cabo el estudio, Jamshid Tehrani, un antropólogo de la Universidad de Durham en el Reino Unido, y sus colegas examinaron el repositorio. Limitaron su análisis a cuentos que contenían elementos mágicos y sobrenaturales porque esta categoría contenía casi todos los cuentos famosos, conocidos por la gente. Esto redujo el tamaño de la muestra a 275 historias, incluyendo clásicos como ‘Hansel y Gretel’ y la ‘Bella y la Bestia’.

No obstante, seguir la pista de estos cuentos a través del tiempo no es una tarea fácil. Hay escasos registros históricos, y muchas de las fábulas comenzaron como historias orales que no dejaron versiones escritas. Es por esto que los investigadores hicieron uso de métodos estadísticos, similares a los empleados por los biólogos para ubicar los linajes de las distintas especies a través de las ramificaciones del árbol de la evolución basándose sólo en secuencias de ADN moderno.

(Imagen ampliable) Reconstrucción de la ascendencia de las historias. El ejemplo muestra la reconstrucción de ATU 330 ‘El Herrero y el Diablo’ que se remonta por un árbol de consenso derivado de 1.000 árboles de lenguaje bayesianos. La proporción de negro de los nodos internos representa la probabilidad media de que la historia aparezca en el correspondiente ancestro hipotético a lo largo de la muestra del árbol. La proporción de rojo muestra el número de árboles en los cuales el ancestro hipotético se encontraba ausente. Las ramas están coloreadas según subfamilia lingüística. El nodo más ancestral PIE, es el Protoindoeuropeo. Imagen: Tehrani y da Silva

He aquí el procedimiento que usaron: Los cuentos de hadas se transmiten a través del lenguaje; y los brotes y ramas del árbol lingüístico indoeuropeo están bien definidos. De este modo, los científicos pueden rastrear la historia de un cuento por el árbol y, así, retroceder en el tiempo. Por ejemplo, si tanto las lenguas eslavas como las lenguas celtas contaban con una versión de ‘Jack (o Juan) y las Habichuelas Mágicas’ (y el análisis reveló que podría ser el caso), es probable que el cuento se remonte al «último antepasado común». Ésos serían los Proto-Occidental-Indo-Europeos de los cuales ambos linajes se separaron hace por lo menos 6800 años (ver imagen). El enfoque refleja la manera en la que un biólogo evolutivo podría concluir que dos especies provienen de un antepasado común si sus genes contienen la misma mutación que no se encuentra en otros animales modernos.

Aun así, no es tan simple. A diferencia de los genes, que casi exclusivamente se transmiten «verticalmente» (de padres a hijos), los cuentos de hadas también pueden propagarse horizontalmente cuando una cultura se entremezcla con otra. Por consiguiente, gran parte del estudio de los autores se centró en reconocer y eliminar cuentos que parecían haberse extendido horizontalmente. Una vez hecha la poda, el equipo se quedó con un total de 76 cuentos de hadas.

Este enfoque permitió a los investigadores rastrear ciertos cuentos, como ‘El Herrero y el Diablo’, que cuenta la historia de un herrero que hace un trato con el diablo a cambio de una destreza inigualable en el herrado, miles de años atrás, hasta el pueblo Proto-Indo-Europeo. Si el análisis es correcto, significaría que los cuentos de hadas más antiguos aún en circulación tendrían entre 2500 y 6000 años. Otras historias parecen ser mucho más jóvenes, apareciendo por primera vez en las ramas más modernas del árbol lingüístico.

(Imagen ampliable) Reconstrucción de cuerpos de historietas ancestrales indoeuropeas basado en el análisis de las 76 historias filogenéticamente más conservadas. Las historias contenidas en cada caja fueron reconstruidas con una probabilidad de más del 50% de aparecer en en cuerpo ancestral correspondiente. Obras en negrita corresponden a cuerpos de obras que pueden ser de seguro reconstruídas (probabilidad mayor al 70%).

Los autores han hecho ‘un trabajo tan bueno como les ha sido posible’, dados los datos de que disponían, dice Mark Pagel, un biólogo evolutivo de la Universidad de Reading en el Reino Unido.

En un nuevo escrito, publicado este mes en Current Biology, reflexiona sobre qué es lo que permite a estas historias resistir la prueba del tiempo. «Lo que realmente me interesa es saber por qué existen estas formas culturales. Por qué los cuentos de hadas, el arte, las canciones, los poemas, ¿por qué estas cosas parecen tener semejante longevidad?».

Tehrani dice que los cuentos de hadas exitosos pudieron persistir por ser «narraciones mínimamente contrarias a la lógica». Esto significa que todas contienen elementos cognitivamente disonantes (como criaturas fantásticas o magia) pero son en su mayoría fáciles de comprender. ‘La Bella y la Bestia’, por ejemplo, trata de un hombre que ha sido mágicamente transformado en una criatura horrible, pero también cuenta una historia sencilla sobre la familia, el romance, y no juzgar a la gente basada en la apariencia. La fantasía hace que estos cuentos destaquen, pero los elementos ordinarios los hacen fáciles de entender y recordar. Esta combinación con lo extraño, pero no demasiado extraño, dice Tehrani, puede ser la clave para su persistencia a través de milenios.

«Esto es, por supuesto, algo que ahora necesitamos poner a prueba con más rigor», dice. «Esa es la próxima fase de esta investigación».

Artículo original publicado en Science. Revisado y traducido por ¡QFC!

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