¿Podría una rara enfermedad autoinmune haber dejado a Francisco de Goya sordo durante la segunda mitad de su vida? A menudo referido como el padre del arte moderno, Goya fue asediado por una enfermedad misteriosa en la década de 1790, y su trabajo se hizo cada vez más oscuro durante los últimos años de su carrera.

En el otoño de 1792, cuando tenía 46 años, Goya cayó enfermo con lo que los médicos diagnosticaron como cólico. El invierno siguiente lo pasó en cama con una misteriosa enfermedad. Tardó casi dos años en recuperarse, y quedó sordo para el resto de su vida.

Ahora Ronna Hertzano, especialista en audición de la Universidad de Maryland, está tratando de llegar al fondo de esta enfermedad. Cada año, la Conferencia Clinicopatológica Histórica desafía a un doctor a que diagnostique las dolencias de un paciente misterioso. En reuniones anteriores se centraron en figuras como Charles Darwin.

Previo a la conferencia de este año, Hertzano recibió detalles sobre la condición de Goya sin que se le desvelara su identidad, y le pidieron un diagnóstico. Cartas de amigos muestran cómo Goya, entonces un renombrado retratista patrocinado por la corte real, se quejaba de un zumbido en sus oídos antes de quedar sordo.

También tenía dificultad para mantener el equilibrio, y escribió acerca de que no podía subir o bajar las escaleras sin sentir como que iría a caer, explica Hertzano, quien ahora conoce la identidad histórica del paciente y presentó sus hallazgos en la reunión de Maryland.

Alucinaciones y parálisis

(Imagen ampliable) A caza de dientes.

Reportaba dificultad para ver y fuertes dolores de cabeza, y mientras estaba en cama tenía alucinaciones y parálisis episódicas. En 1875, escribió a la Real Academia de San Fernando diciendo que ya no podría enseñar allí porque ya no podía escuchar lo que decían, dice Janis Tomlinson, historiadora de arte de la Universidad de Delaware.

Debido a que Goya perdió la audición en ambos oídos, Hertzano dice que lo más probable es que la enfermedad se hubiera propagado a los oídos desde el cerebro. Infecciones como la meningitis o la sífilis pueden hacer esto, pero no encajan exactamente en su caso.

«Podrías esperar que la sífilis, en el transcurso de muchos años, mostrara algunos síntomas neurológicos progresivos o demencia, de lo que no se tiene ninguna constancia en absoluto que sucediera en la vida del artista», dice Hertzano. Y en ese momento, no había antibióticos, dice, por lo que la supervivencia de la meningitis bacteriana probablemente habría sido rara.

La exposición al plomo puede causar «cólicos» y sordera, y se sabe que Goya usó una cantidad excesiva de pintura blanca a base de plomo. Pero Hertzano descartó el envenenamiento por plomo, porque aparte de su sordera, Goya se recuperó de sus otros síntomas.

En su lugar, Hertzano sospecha una rara enfermedad autoinmune llamada síndrome de Susac, que se caracteriza por alucinaciones, parálisis y pérdida de la audición; todo lo que Goya tenía.

Fantasmas y brujas

El síndrome de Susac es causado por el sistema inmune que ataca los revestimientos de pequeños vasos sanguíneos. La inflamación resultante en el cerebro puede causar dolores de cabeza y alucinaciones, mientras que el daño al suministro sanguíneo a los ojos y los oídos puede llevar a cambios visuales y sordera. La condición por lo general dura alrededor de uno a tres años.

Goya sobrevivió a su enfermedad, y en 1799 publicó una colección de 80 grabados que representaban fantasmas, brujas y visiones de pesadillas. Pero Tomlinson dice que el trabajo más oscuro de Goya probablemente no sería el resultado de sus dolencias. «Sus contemporáneos no habrían entendido este trabajo como oscuro y el funcionamiento de una mente deprimida», dice Tomlinson. «Lo habrían visto como una sátira de las supersticiones del momento».

Goya siguió pintando retratos de la sociedad madrileña y se convirtió en el primer pintor de la corte, el título más alto al que podía aspirar. La invasión de Napoleón a España en 1808 habría sido, con mayor probabilidad, un punto de inflexión en su vida, dice Tomlinson.

Si hubiera estado vivo hoy, Hertzano dice que Goya habría recibido fármacos de modulación inmune para el síndrome de Susac. Pero si los tratamientos hubieran fracasado, todavía podría haber terminado sordo, a menos que hubiera decidido recibir un implante coclear. «Es un procedimiento muy simple y con un entrenamiento mínimo, que habría restaurado en gran medida su capacidad de entender el habla», dice Hertzano.

Artículo original publicado por New Scientist. Revisado y traducido por ¡QFC!

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