Comprobar el matiz de tus heces podría pronto revelar por qué te sientes raro/a. Un equipo de científicos ha logrado modificar genéticamente bacterias intestinales en ratones para que produzcan pigmentos de colores cuando detectan la presencia de enfermedades. Si los ratones tienen un trastorno intestinal, los microbios se vuelven azules.

Un enfoque similar podría ser utilizado para diagnosticar enfermedades inflamatorias intestinales o cáncer de colon en las personas.

Por el momento, muchos trastornos intestinales se diagnostican introduciendo por el recto una cámara en un tubo delgado flexible. «A la gente a menudo no le gusta eso», dice Pamela Silver de Harvard Medical School en Boston, Estados Unidos. Y la preparación para el procedimiento requiere de ayuno y la toma de fuertes laxantes.

Una alternativa podría ser la medición de aquellos productos químicos en el intestino que estén vinculados a estados de enfermedad. La idea de usar bacterias cambiantes de color fue discutida por un equipo de la Universidad de Cambridge en 2009. Pero ha sido difícil desarrollar bacterias que sobrevivan en el intestino durante el tiempo suficiente para ser útiles.

Ahora Silver y sus colegas utilizaron una cepa inofensiva de bacterias de E. coli, que a menudo se encuentran en las tripas de seres humanos y ratones. El equipo dio a estas bacterias genes sensibles a una sustancia química llamada tetrationato, que se ha observado en niveles más altos en las tripas de personas con colitis ulcerosa.

(Imagen ampliable) Quizás sea pronto una visión normal. Imagen: 2Bzki

Cuando las bacterias se encuentran con el tetrationato, activan un gen que produce una enzima, que termina mezclándose en las heces junto con las bacterias. La enzima puede ser identificada en las pruebas de laboratorio, donde cambia de color. El estudio ha sido publicado en la revista Nature Biotechnology.

El equipo de Silver administró las bacterias modificadas a ratones sanos y a ratones con inflamación intestinal, similar a la observada en la colitis ulcerosa. Las bacterias se reprodujeron en las tripas de todos los ratones, formando una colonia que sobrevivió durante al menos seis meses.

Algunas de las bacterias son expulsadas del cuerpo con las heces, y las pruebas de laboratorio revelaron la enzima que cambiaba de color sólo en aquellas muestras de animales con inflamación intestinal. En estas muestras, las bacterias cambiaron de color de blanco a azul.

Las bacterias modificadas tienen que ser aisladas de las heces y cultivadas en el laboratorio durante un día antes de que las colonias azules puedan ser observadas. Pero Silver dice que los genes encargados de los diferentes pigmentos de color podrían insertarse en las bacterias, incluidas las fluorescentes que la gente podría ver en sus propias heces.

«Como prueba de concepto, es un avance bastante importante», dice Paul Freemont del Centro de Biología Sintética del Colegio Imperial de Londres, Reino Unido.

David Riglar de la Escuela de Medicina de Harvard, que trabajó en el proyecto, espera que las bacterias modificadas puedan ayudar a diagnosticar algunas de las muchas enfermedades que se han relacionado con las bacterias intestinales, como la enfermedad de Parkinson y el autismo.

Artículo original publicado por New Scientist. Revisado y traducido por ¡QFC!