El emperador azteca Moctezuma II dijo que un soldado podía marchar durante un día entero con sólo una sola taza de cacao. No obstante, este no era el chocolate caliente con el que estamos familiarizados hoy en día. Era arenoso, amargo y a menudo tenía una capa grasa en la parte superior. Y si eso no suena lo suficientemente desagradable, ocasionalmente era acompañado con chile o sangre humana.

El chocolate dulce moderno (con leche en polvo y azúcar añadido) es un producto de la revolución industrial. Hasta hace poco, el chocolate ni siquiera se consideraba un alimento potencialmente saludable; su imagen era más la de un antojo.

Pero en los últimos 30 años, las investigaciones han comenzado a cambiar nuestra visión del chocolate y el cacao: el ingrediente básico del chocolate.

Podría decirse que la opinión de las masas comenzó a cambiar en 1997 tras la publicación de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Harvard sobre el pueblo Kuna. Los investigadores informaron que los kunas, que viven en islas frente a la costa de Panamá, tienen una presión arterial muy baja, viven más tiempo y tienen tasas más bajas de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, diabetes tipo 2 y cáncer que sus camaradas en Panamá continental. Lo que diferencia a los Kuna que habitan en la isla de los que viven en el continente es su alto consumo de cacao. Como promedio, beben más de cinco tazas de la materia al día.

Desde la publicación de este estudio, muchos otros estudios clínicos y de laboratorio parecen haber confirmado los efectos beneficiosos del chocolate y el cacao sobre los marcadores de la salud del corazón, incluyendo la salud de los vasos sanguíneos, los niveles de colesterol HDL (el ‘bueno’) y la presión arterial.

Entonces, ¿qué es en el cacao que confiere estos beneficios para la salud? Es probable que la respuesta esté en los flavanoles, particularmente un compuesto llamado epicatequina. En estudios de laboratorio, se ha demostrado que la epicatequina es un poderoso antioxidante. Sin embargo, el compuesto no parece comportarse como se pensaba en un principio en seres humanos, ya que no es posible absorber las epicatequinas en concentraciones suficientemente altas para que sean eficaces puramente como antioxidantes.

En cambio, parecen actuar a través de una serie de vías en nuestros cuerpos, incluyendo ayudar a los vasos sanguíneos a relajarse más fácilmente, lo que puede disminuir la presión arterial, facilitar la fabricación de colesterol HDL y favorece el efecto de la insulina. Esto parece ocurrir por la epicatequina que favorece las vías de control detrás de estos efectos biológicos.

Un desafío clave en la idea de que el chocolate es un alimento saludable es su contenido de energía, grasa y azúcar, ya que no están en línea con las recomendaciones dietéticas de los gobiernos. Otro problema es que la mayor parte del chocolate disponible en las tiendas contiene cantidades inadecuadas de flavanoles, incluyendo epicatequinas, como para tener un efecto real en nuestra salud.

Por lo tanto, ¿cómo podemos explicar los resultados observados en muchos de los estudios? Bueno, en nuestra última revisión se observó que muchos ensayos de investigación utilizaron chocolates especialmente producidos que no están disponibles en las tiendas, y los efectos observados en los Kuna podrían ser el resultado de las grandes cantidades de cacao que consumen.

La tendencia del cacao en bruto

(Imagen ampliable) Moctezuma II. Imagen: André Thévet/Wikimedia Commons

Si el cacao y el chocolate no contienen suficiente epicatequina como para proporcionar beneficios para la salud del corazón, ¿qué pasa con la fuente: el cacao en rama?

Existe una tendencia al consumo de granos de cacao prensados ​​en frío, fruto del árbol de Theobroma cacao, y se afirma que el cacao en rama es más potente en su capacidad para mejorar la salud.

Sin embargo, en nuestra reciente revisión profunda de la literatura, no encontramos ningún estudio que investigara los efectos del cacao en bruto en la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares. Todos los estudios que encontramos utilizaron el chocolate o el cacao producidos industrialmente, que podrían contener potencialmente más de los compuestos activos, los flavanoles, que el cacao natural.

Una de las principales debilidades de la investigación es que gran parte de ella fue financiada por la industria, y el chocolate utilizado en los estudios fue especialmente diseñado para la investigación. Esto permite un mejor control en los estudios y la capacidad de incluir un mayor número de epicatequinas activas en una barra más pequeña. Además, también provoca que los resultados de la investigación queden incluso más alejados del impacto que tendría el chocolate comercialmente disponible en un consumidor típico.

Por lo tanto, el chocolate, no es un alimento saludable, si bien es cierto que la investigación muestra algunos efectos interesantes. El mejor consejo actual es que el chocolate comercialmente disponible no debe ser consumido con el propósito de mejorar la salud. No obstante, ¡eso no impide que sepa bien!

Artículo original publicado por The Conversation, escrito por Duane Mellor, de Coventry University. Revisado y traducido por ¡QFC!