La mayoría de los primates y, de hecho muchos otros animales, por lo general dan a luz de noche con el fin de evitar a los depredadores, así como para otorgar a la nueva madre el tiempo necesario para recuperarse y dar de mamar a su bebé. Esto significa que registros de partos de primates salvajes son contados.

Y, sin embargo, después de cinco años estudiando el mismo grupo de langures chatos dorados (Rhinopithecus roxellana), los investigadores finalmente presenciaron el rarísimo acto de una madre dando a luz durante el día. Los investigadores fueron capaces incluso de fotografiar el evento, que han publicado en la revista Primates. El evento fue presenciado en las montañas Qinling de China, el único país en el que viven estos langures chatos en peligro de extinción.

Pero las sorpresas no terminan ahí, ya que la nueva madre no realizó la faena en soledad. Junto a ella había una segunda hembra, aseando y calmando a la madre parturienta, así como ayudando en la labor y la limpieza del bebé.

(Imagen ampliable) La comadrona simia trató de ayudar a extraer a la cría del canal del parto hasta en dos ocasiones. Imagen: Bin Yang

Cuando la hembra preñada mostró por primera vez indicios de nerviosismo, su ayudante vino rápidamente a ella y la acicaló. Poco después, sus contracciones se volvieron claramente visibles. La comadrona se mantuvo cerca.

A medida que la corona del bebé se hizo visible, la partera intentó hasta dos veces sacarla del canal del parto. Cuando la cabeza del niño quedó enteramente al descubierto, la madre se agachó y tiró del lactante casi por completo, recibiendo ayuda de su comadrona hasta tener a la cría totalmente fuera.

La comadrona asistió a la madre después, y le fue permitido sostener y lamer al recién nacido una vez lo hubiera hecho primero la madre, que además lo alimentó.

(Imagen ampliable) Durante la primera hora tras el parto, nadie tenía permiso para sostener al neonato. Imagen: Bin Yang

La ayudante y otra hembra pudieron sostener a la cría, pero sólo 77 minutos después del nacimiento. Otra hembra juvenil intentó tomar a la cría, pero fue rechazada por la madre.

Tan pronto como la madre había dado a luz, procedió a cortar el cordón umbilical y pasó cinco minutos ingiriendo la placenta. Esto le proporcionó una valiosa nutrición. El nacimiento en sí sólo duró cuatro minutos y diez segundos.

Durante mucho tiempo se pensó que éste era un comportamiento exclusivo de los humanos, pero se ha encontrado un puñado de primates que tienen lo que se pueden denominar comadronas, como se descubrió en el año 2014 con un mono langur, o en 2013 con un langur negro de nariz chata, o en 2014 con uno de nuestros parientes más cercanos, el bonobo. Pero, ¿por qué tan pocos primates, incluyéndonos a nosotros, lo hacemos?

En un principio se pensaba que el desarrollo de la asistencia en el parto en los seres humanos se vio influenciado por el hecho de que en el período previo al nacimiento, el feto se da la vuelta dentro del útero y da la espalda a la madre durante el parto. Esto se debe a que en otras especies cuando nace la cría, la madre es capaz de levantarla de inmediato y limpiar las vías respiratorias, aunque esto no se hace en los seres humanos.

(Imagen ampliable) Seis días tras el parto, tanto la madre como la cría se encontraban sanos. Imagen: Bin Yang

Pero a continuación, para confundir aún más las cosas, en 2011, tras presenciar por primera vez el nacimiento de un chimpancé, los investigadores vieron que los bebés chimpancés nacen en la misma orientación, pero no muestran un comportamiento comadrona.

En cualquier caso, las comadronas simias pueden ser más comunes de lo que se creía. El hecho de que es raro en sí presenciar un mono pariendo significa que es difícil averiguar lo frecuente que realmente es.

Tampoco entendemos por qué algunos monos reciben ayuda durante el parto, cuando tantos otros se las valen solos.

«Algunos de estos contactos sí que parecen ayudar directamente a facilitar el proceso de nacimiento», dice Sarah Turner de la Universidad McGill en Canadá. «La mayoría de los primates no humanos son animales muy sociales y una hembra pueden optar por dar a luz cerca de otros integrantes del grupo para ayudarle a reducir su estrés y el dolor del parto».

El equipo ahora está planeando grabar monos dando a luz de noche, para ver si realmente las comadronas son comunes. Puede que descubran aún más comadronas mono «haciendo turnos de noche”.

El hecho de que nuestros vecinos evolutivos a veces utilicen comadronas podría ayudar a entender el origen de la asistencia al parto en la sociedad humana, dice Li, coautora del artículo.