Los hombres pueden tomar vacunas anticonceptivas para prevenir el embarazo en sus parejas femeninas, según un nuevo estudio publicado en el Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism de la Endocrine Society.
Los investigadores todavía están trabajando para perfeccionar la combinación de anticonceptivos hormonales para reducir el riesgo de efectos secundarios de leves a moderados, incluyendo la depresión y otros trastornos del estado de ánimo.
Mientras que las mujeres pueden elegir entre una serie de métodos anticonceptivos, los hombres tienen pocas opciones para controlar su propia fertilidad. Los métodos disponibles para los hombres incluyen condones, vasectomías y la abstinencia.
Se necesitan mejores opciones de control de natalidad para los hombres. En 2012, el 40 por ciento de todos los embarazos en todo el mundo no fueron intencionales, según el Instituto Guttmacher.
«El estudio halló que es posible tener un anticonceptivo hormonal para los hombres que reduzca el riesgo de embarazos no planificados en las compañeras de los hombres que lo utilicen», dijo Mario Philip Reyes Festin, uno de los autores del estudio y Doctor en Medicina, de la Organización Mundial de la Salud en Ginebra, Suiza. «Nuestros hallazgos han confirmado la eficacia de este método anticonceptivo previamente visto en estudios pequeños».
El estudio prospectivo y multicéntrico de Fase II de un solo brazo probó la seguridad y eficacia de los anticonceptivos inyectables en 320 varones sanos de 18 a 45 años de edad. Los participantes habían estado en relaciones monógamas con parejas de entre 18 y 38 años al menos durante un año. Los hombres se sometieron a pruebas para asegurarse de que tenían un recuento normal de espermatozoides al inicio del estudio.
Los hombres recibieron inyecciones de 200 miligramos de un progestogen de acción prolongada llamado enantato de noretisterona (NET-EN) y 1.000 miligramos de un andrógeno de acción prolongada denominado undecanoato de testosterona (TU) durante un máximo de 26 semanas para suprimir sus recuentos de esperma. Los profesionales de la salud administraron a los hombres dos inyecciones cada ocho semanas. Los participantes inicialmente proporcionaron muestras de semen en la fase de supresión a las ocho y 12 semanas, y luego cada 2 semanas hasta que cumplieron con los criterios para la siguiente fase. Durante este tiempo, las parejas fueron instruidas en utilizar otros métodos no hormonales para el control de la natalidad.
Una vez que el recuento de espermatozoides del participante se hubo reducido a menos de 1 millón por mililitro en dos pruebas consecutivas, se pidió a la pareja que dependiera de las inyecciones para el control de la natalidad. Durante este período conocido como la fase de eficacia del estudio, los hombres continuaron recibiendo inyecciones cada ocho semanas durante un máximo de 56 semanas. Los participantes proporcionaron muestras de semen cada ocho semanas para asegurar que sus recuentos de esperma se mantuvieran bajos. Una vez que los participantes dejaron de recibir las inyecciones, fueron monitoreados para ver la rapidez con que recuperaron sus recuentos de esperma.
Las hormonas consiguieron reducir el recuento de espermatozoides a 1 millón por mililitro o menos en 24 semanas en 274 de los participantes. El método anticonceptivo fue eficaz en casi el 96 por ciento de los usuarios continuos. Sólo cuatro embarazos ocurrieron entre las parejas de los varones durante la fase de eficacia del estudio.
Los investigadores dejaron de inscribir a nuevos participantes en el estudio en 2011 debido a la tasa de eventos adversos reportados por los participantes, particularmente depresión y otros trastornos del estado de ánimo. Los hombres reportaron efectos secundarios incluyendo dolor en el área de la inyección, dolor muscular, aumento de la libido y acné. Veinte hombres abandonaron el estudio debido a los efectos secundarios.
A pesar de los efectos adversos, más del 75 por ciento de los participantes informaron estar dispuestos a usar este método de anticoncepción al final del estudio.
De los 1.491 eventos adversos reportados, se halló que casi el 39 por ciento no estaba relacionados con las inyecciones anticonceptivas. Estos incluyeron una muerte por suicidio que se valoró que no estaba relacionada con el uso del fármaco. Los eventos adversos graves que se evaluaron como probablemente o posiblemente relacionados con el estudio incluyeron un caso de depresión, una sobredosis intencional de acetaminofén y un hombre que experimentó latidos del corazón anormalmente rápidos e irregulares tras dejar de recibir las inyecciones.
«Se necesita más investigación para desarrollar este concepto hasta el punto de que pueda estar ampliamente disponible como un método de anticoncepción para los hombres», dijo Festin. «Aunque las inyecciones fueron eficaces en la reducción de la tasa de embarazo, la combinación de hormonas necesita ser estudiada más a fondo para lograr un buen equilibrio entre eficacia y seguridad».
* Artículo originalmente publicado por Endocrine Society. Traducido y revisado por ¡QFC!