Las ballenas y los delfines tienen vidas sexuales sorprendentemente interesantes, repletas de posiciones diferentes, vaginas elaboradas, y un tipo inusual de pene que siempre se encuentra mayormente erecto. Dara Orbach, mamógrafa marina de la Universidad Dalhousie en Halifax, Canadá, ha estado estudiando los elaborados emparejamientos de estos cetáceos durante 7 años, y ha hecho algunos descubrimientos impactantes, algunos de los cuales presentará en la reunión de Biología Experimental 2017.
Science se sentó con Orbach para charlar sobre su trabajo, y sobre qué cree que es la mejor parte de estudiar los hábitos sexuales de algunas de las criaturas más famosas del océano.
Esta entrevista ha sido editada por temas de claridad y duración.
P: Empecemos con la pregunta más obvia: ¿por qué estudiar esto?
R: La cópula es la interacción más directa posible entre machos y hembras, pero sabemos muy poco sobre ella en gran parte debido a los desafíos físicos de estudiarla, especialmente con criaturas submarinas. Así que es sólo mirando internamente a los animales mientras están copulando que podemos entender más acerca de estos mecanismos. Lo hacemos mirando muestras de tejidos de animales que murieron de causas naturales. Utilizamos penes enteros y vaginas enteras.
P: ¿Y entonces, entras en el laboratorio y los pones juntos como si fueran piezas de un rompecabezas?
R: Sí. Pero lo que hace que nuestro estudio sea más único es que Diane Kelly, una de mis coautoras, encontró una forma de inflar estos penes a su tamaño completo, algo que no se había hecho antes. Si imaginas un espécimen post-mortem, éste empezará a marchitarse. Encontramos una manera de inflarlos para que se parecieran tanto como fuera posible a cómo sería una verdadera intromisión.
P: ¿Cómo infla uno el pene de un delfín muerto?
R: Utilizamos una solución salina presurizada, por lo que básicamente teníamos un tanque de nitrógeno y filtramos el aire bajo presión en un barril más pequeño (como si fuera un barril de cerveza) que estaba lleno de una solución salina, y luego lo bombeamos hacia el pene.
P: ¿Cómo es trabajar con genitales femeninos?
R: Son increíbles sólo por su grado de diversidad, que nunca se había documentado antes. Los abres y realmente no estás seguro de lo que vas a encontrarte dentro. ¿Va a ser relativamente simple? ¿O contendrá espirales? ¿O habrá pliegues profundos? ¿O superficiales? La apertura de cada tracto reproductivo es única, y nunca se sabe lo que se va a ver con cada nueva especie.
P: En la naturaleza, ¿cómo copulan los delfines?
R: Es muy variable. Algunas especies, como los delfines oscuros, copulan vientre con vientre. Los delfines de nariz de botella por lo que parece se posicionan en forma de T, donde el macho cruza a la hembra exactamente en su línea media. Las marsopas son realmente únicas en el sentido de que esperan a que la hembra llegue a la superficie del agua para tomar un respiro y luego saltan del agua y tratan de engancharla con sus penes.
P: ¿Podría ser que hagan algunas de las posiciones sólo por diversión?
R: Esto es el propósito de la investigación, lo que está tratando de entender. Tienen sexo a lo largo de todo el año incluso cuando sólo pueden concebir en ciertos períodos del año. Al observar cómo se alinean los genitales, podemos decir ahora que ciertas posiciones del cuerpo son más propensas a conducir a la fertilización exitosa que otras, que podrían tener fines distintos a la reproducción. ¿Lo hacen por jugar? ¿Por decidir los niveles de jerarquía? ¿Están estableciendo dominancia? ¿Lo hacen por aprendizaje? El sexo podría tener muchas funciones.
P: ¿Qué es lo mejor y lo peor de esta línea de investigación?
R: Creo que lo mejor es lo emocionante que es. Nunca le he dicho a nadie lo que he hecho, y se han aburrido de escucharme hablar de ello. Además, ha estado tan mal visto durante tanto tiempo estudiar el sexo y el comportamiento sexual y los genitales que realmente es un campo poco estudiado y existen muchas posibilidades en términos de nuevas direcciones de investigación. Parece que el cielo es el límite.
¿La peor parte? No sé si hay una peor parte. Realmente, realmente amo mi trabajo.
Artículo original publicado por Science. Revisado y traducido por ¡QFC!