Un medicamento experimental presentado como la ‘píldora del ejercicio’ ha aumentado dramáticamente la resistencia en ratones gandules, incluso después de una vida entera de inactividad. Parece funcionar ajustando el metabolismo del cuerpo, permitiendo que los músculos favorezcan la quema de grasa sobre el azúcar, informan los investigadores en la revista Cell Metabolism.
Se observó que ratones sedentarios alentados a ejercitarse llegaron a correr durante un promedio de aproximadamente 160 minutos en una rueda de ejercicio antes de alcanzar al agotamiento. No obstante, aquellos ratones que recibieron el fármaco durante ocho semanas fueron capaces de correr durante 270 minutos de promedio. La quema de grasa de estos ratones era similar a la de atletas condicionados, a pesar de que se habían tomado toda su vida con calma, según pudieron ver el biólogo molecular Michael Downes y sus colegas.
Normalmente, correr, andar en bicicleta o practicar otro ejercicio de manera prolongada eventualmente agota la glucosa disponible en la sangre, dejando al cerebro corto de energía, momento en el que el cerebro envía una señal de parada de emergencia. Los atletas llaman a esto comúnmente «chocar contra la pared». El entrenamiento y el acondicionamiento llevan al cuerpo a quemar grasa por energía, dejando un amplio suministro de glucosa para el cerebro y otros órganos.
Los científicos del Instituto Salk para Estudios Biológicos en La Jolla, California, Estados Unidos, desarrollaron el fármaco para activar una proteína que regula los genes desencadenados durante el ejercicio. «Creemos que engaña al cuerpo para que piense que ha hecho algo de entrenamiento», dice Downes.
El fármaco, bautizado GW501516, se ha estado estudiando durante más de una década. Investigaciones anteriores ya habían descubierto que podía mejorar la resistencia, pero sólo cuando se combinaba con ejercicio regular. El objetivo no es, sin embargo, aumentar el rendimiento de los atletas, sino ayudar a quienes no pueden hacer ejercicio: personas enfermas, discapacitadas o ancianas. También puede ayudar a personas que son obesas o diabéticas y carecen de resistencia para el ejercicio, incluso a corto plazo, dice Downes.
«Sabemos mucho sobre el ejercicio, pero todavía no sabemos cómo obtenemos todos los beneficios», dice Rick Vega, biólogo molecular y celular en Sanford Burnham Prebys Medical Discovery Institute en Orlando, Estados Unidos, que no participó en el experimento. Elogió el trabajo por haber añadido información valiosa para la comprensión del ejercicio y de la droga en desarrollo. «El siguiente paso es realmente mostrar que tiene valor en la aplicación médica. Por decir una obviedad, los ratones no son seres humanos.»
Artículo original publicado por Science News. Revisado y traducido por ¡QFC!