Las explosiones sísmicas provocadas por las pistolas de aire en busca de nuevas reservas de petróleo bajo el fondo del océano pueden matar grandes extensiones de plancton, que son la base de la cadena alimentaria marina, dejando el océano salpicado de ‘agujeros’ de plancton.
La exploración de petróleo en alta mar se ha vuelto cada vez más popular a medida que las reservas en tierra se agotan. Desde la década de 1960, las compañías han utilizado pistolas de aire para sondear el fondo marino en busca de depósitos de petróleo.
Las pistolas de aire liberan aire comprimido en el agua, creando ráfagas de sonido. La forma en que las ondas acústicas rebotan desde el fondo del océano da información sobre si bajo él se encuentra petróleo.
Investigaciones anteriores ya han demostrado que estas pistolas de aire causan cambios de comportamiento y pérdida de audición en ballenas, delfines y calamares gigante, lo que perjudica su capacidad de encontrar alimentos y comunicarse.
Ahora, Robert McCauley de la Universidad de Curtin en Australia Occidental y sus colegas han demostrado por primera vez que el ruido también mata al zooplancton: los animales microscópicos que nadan en el agua.
El equipo examinó las poblaciones de zooplancton antes, y 1 hora después, del disparo de un arma de aire cerca de la costa suroriental de Tasmania en Australia. Encontraron que la explosión de sonido creó un ‘agujero’ de 2 kilómetros de ancho en la población del zooplancton. Dentro de esta área, la abundancia de zooplancton cayó en dos tercios y el número de zooplancton muerto se multiplicó por más de dos. Los resultados han sido publicados en Nature Ecology and Evolution.
Agitado y revuelto
No está claro cómo murió el zooplancton, pero las ondas de sonido pueden haber sacudido y dañado los sensibles «pelos» que utilizan para detectar el ambiente, dice McCauley. Esto haría más difícil nadar, encontrar comida y evitar los depredadores, dice.
Hasta ahora, se ha asumido que el plancton está a salvo de las pistolas de aire sísmicas, porque es demasiado pequeño para reflejar las largas longitudes de onda del sonido emitido, dice Lindy Weilgart de la Universidad de Dalhousie en Halifax, Canadá. «Pero puede que el movimiento de las partículas y las vibraciones, al ser sacudidas, jueguen un papel más importante que las ondas de presión», dice.
Los hallazgos son preocupantes porque el zooplancton, que incluye gusanos, crustáceos como el krill y muchos otros animales diminutos que flotan cerca de la superficie del océano, proveen sustento a especies que se encuentran más alto en la cadena alimentaria, dice McCauley. «Las poblaciones saludables de peces, depredadores superiores y mamíferos marinos no podrían sobrevivir sin él», dice.
Teniendo en cuenta la escala mundial del uso de pistolas de aire (que se utilizan en 60.000 kilómetros de viajes de reconocimiento marino por año sólo en Australia) esta práctica podría suponer un gran problema para las poblaciones de zooplancton. Pero es difícil evaluar su impacto global, porque influyen otros factores en el número de zooplancton. La sobrepesca [de la que hablamos aquí], por ejemplo, puede aumentar las poblaciones de zooplancton al eliminar sus depredadores.
McCauley y sus colegas ahora están investigando cómo la reducción provocada por pistolas de aire en las poblaciones de zooplancton afecta a otras criaturas marinas, y cuánto tiempo tardan en recuperarse.
Artículo original publicado por New Scientist. Revisado y traducido por ¡QFC!