Como habréis podido comprobar, en ¡QFC! nos gustan los mapas. En el pasado mostramos un mapa logarítmico del Universo; una creación única donde se podía apreciar el cosmos desde nuestro planeta hasta la materia primigenia que se cree que existió en los primeros microsegundos tras el Big Bang. Asimismo, mostramos un curioso mapa de Marte visto a través de los ojos de un cartógrafo medieval. En esta ocasión, han sido científicos del Centro de Vuelo Espacial Goddard quienes nos maravillan con una visión nueva del Planeta Rojo.

Los científicos han utilizado un ingenioso método para medir la gravedad en marte de manera más precisa que nunca. Utilizando las pequeñas perturbaciones en la posición de sus naves espaciales en órbita, han podido cartografiar las regiones con alta y baja gravedad de la superficie. El estudio ha sido publicado en la revista Icarus.

Para componer el mapa, los científicos utilizaron datos obtenidos de Mars Global Surveyor, Mars Odyssey, y de Mars Reconnaissance Orbiter. Marte es un planeta accidentado, con regiones de altas elevaciones, como Olympus Mons (el Monte Olimpo, la montaña de mayor altitud del Sistema Solar), y de depresiones como el Valles Marineris (el mayor cañón del planeta). Es por esto que la astronave se ve afectada por distinta gravedad dependiendo de la región por donde pase.

Si bien son pequeños, estos cambios afectan las señales que la astronave envía de vuelta a la Tierra, lo que ha permitido a los científicos monitorizar cómo las desplaza la gravedad marciana. Ha sido necesario recopilar dieciséis años de datos para juntar todas las piezas e invertir hasta dos años construyendo simulaciones por computadora para eliminar otro tipo de causas para las perturbaciones, como por ejemplo los vientos solares.

Un nuevo mapa de la gravedad en Marte realizado con ayuda de tres de las astronaves de la NASA es el más detallado hasta la fecha

El mapa muestra anomalías gravitacionales de un tamaño mínimo de 100 kilómetros. La comparación de este mapa con un mapa de la topografía de Marte ha permitido a los científicos refinar su comprensión del grosor de la corteza, obteniendo un límite máximo de unos 120 kilómetros.

“El mapa de gravedad nos permite ver dentro de los planetas del mismo modo que un doctor utilza los rayos-X para ver el interior de un paciente,” comentó en un comunicado Antonio Genova, del Instituto de Tecnología de Massachusetts, autor principal del artículo. De hecho, la medición interior del planeta apoya la teoría de que el planeta posee un núcleo externo de roca líquida.

El equipo también fue capaz de monitorizar las variables cantidades de dióxido carbónico de los polos, que sufren extensas heladas y deshielos en invierno y verano. Se vio que hasta 3,6 billones de toneladas de dióxido de carbono se alternaban en cada polo entre verano e invierno, lo que supone entre un 12 y un 16 por ciento de la masa total de la atmósfera marciana.

Este estudio permitirá a los científicos preparar mejor las futuras misiones a Marte, con naves espaciales capaces de orbitar el planeta de forma más precisa dadas las conocidas anomalías del mismo.

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