El comportamiento homosexual no es en absoluto insólito en el reino animal, y se ha llegado a documentar en más de 1.500 especies de todo tipo de animales desde pájaros y mamíferos (entre los que se encuentra el ser humano) hasta insectos.  Pero por primera vez, un biólogo ha documentado gorilas hembra en la selva pasando un buen rato la una con la otra.

El comportamiento se observó en el Parque Nacional de los Volcanes en Ruanda por un investigador de la Universidad de Western Australia (UWA). Los hallazgos fueron publicados recientemente en la revista en línea PLOS ONE.

El estudio, dirigido por el Dr. Cyril Grueter, profesor asociado de la Escuela de Anatomía, Fisiología y Biología Humana de la UWA, detalla cómo observó las hembras practicando «cercanía genital» y «frotamiento genital» con movimientos pélvicos. Asimismo, señala que las gorilas llegaron a «pronunciar vocalizaciones copuladoras» durante el acto, que parece ser la exquisita manera científica para decir «hablar sucio». También logró tomar fotografías del acto, que hasta únicamente se había observado en cautiverio.

No obstante, esto queda lejos de ser un acto esporádico. Se descubrió que 18 de las 22 hembras de gorila estudiadas también se juntaron para participar en actividades sexuales con otras hembras.

«Teniendo en cuenta que todas estas observaciones provienen de grupos salvajes, y no de gorilas en cautiverio, es obvio que la actividad homosexual es parte del comportamiento natural de los gorilas», dijo el Dr. Grueter en un comunicado. «Mi impresión es que estas hembras obtienen placer de la interacción sexual con otras hembras».

Esto contrasta con otras teorías acerca del comportamiento homosexual en los primates que mantienen que lo utilizan ya sea como una afirmación agresiva de dominio o como una forma de vinculación social.

El Dr. Grueter también se percató de lo que llamó un «efecto pornográfico». En algunos casos, se dio cuenta de que las hembras comenzarían sus relaciones homosexuales poco después de haber presenciado la cópula de un macho adulto con otra hembra. Esto sugiere que este comportamiento podría actuar como una solución alternativa a su excitación sexual.

Otra hipótesis alternativa del estudio, que Greuter admite que sigue sin verificar, es que las hembras se involucran en este comportamiento para disminuir la motivación de otra hembra a iniciar relaciones sexuales con los machos, con el fin de asegurar su propio éxito reproductivo.

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