Un descubrimiento, realizado por científicos, de biofirmas en la Tierra que resultan extremadamente similares a depósitos vistos en Marte, podría dar pistas de la vida pasada en el planeta rojo.

Esta prometedora investigación fue publicada en la revista Nature Communications, y fue dirigida por Steve Ruff y Jack Farmer de la Universidad Estatal de Arizona (en Estados Unidos, y conocida como ASU por sus siglas en inglés). Esta conclusión surgió tras estudiar los flujos de aguas termales en El Tatio, Chile, cerca del límite del Desierto de Atacama, uno de los lugares más parecidos a Marte en la Tierra [sobre los que hablamos no hace mucho en esta historia].

Estos manantiales en particular están entre los más altos de nuestro planeta, a una altitud de 4.300 metros. Pero lo que primero despertó la atención de los científicos fue una ubicación aparentemente similar en Marte explorada por el astromóvil Spirit de la NASA en 2007.

Este lugar se llama Home Plate, ubicado en el Crater de Gusev, una formación de hace 3 a 4 mil millones de años. Junto al borde oriental de Home Plate, el astromóvil descubrió depósitos de sílice cerca de lo que se cree fue una antigua fuente termal cuando una de sus ruedas falló y la llevó arrastrando, desenterrando material.

(Imagen ampliable) Depósitos de sílice en el cráter de Gusev (izquierda) comparados con los de El Tatio (derecha). Imagen: Ruff/Farmer/Nature

La Spirit más tarde terminaría por fenecer en 2010 precisamente debido a su rueda defectuosa, pero este descubrimiento en particular la ha vuelto a traer a la primera plana. Los investigadores hallaron que los nódulos de sílice vistos por la Spirit parecían semejarse a algunos en El Tatio, lo que implicaría que habrían sido formados por un proceso similar: lo que vendrían a ser, organismos microbianos.

«Fuimos a El Tatio buscando elementos que comparar con las características encontradas por Spirit en Home Plate», dijo Ruff en un comunicado. «Nuestros resultados demuestran que las condiciones en El Tatio producen depósitos de sílice con características que están entre las más similares a Marte de cualquier depósito de sílice en la Tierra».

No obstante, realmente es aún demasiado pronto para llegar a conclusiones precipitadas, si bien no se puede negar que es un descubrimiento ciertamente emocionante. Y es aún más interesante porque una nueva astronave puede volver a visitar esta ubicación en un futuro próximo.

El Cráter de Gusev de la Spirit está actualmente siendo considerado como un lugar de aterrizaje potencial para el próximo Mars Rover de 2020 de la NASA, que intentará determinar si existió alguna vez vida en el planeta rojo. Con esto en mente, uno de los requisitos para el lugar de aterrizaje es el potencial de biofirmas que se hayan podido preservar.

El actual lugar de aterrizaje preferido es un antiguo lago seco en el cráter Jerezo, pero si esta última investigación resulta correcta, significaría que podría muy bien haber biofirmas en el Cráter de Gusev. ¿Por qué jugársela con una nueva ubicación cuando la otra resulta tan prometedora?

En su artículo, los investigadores señalan que los procesos biológicos no son la explicación definitiva de las estructuras vistas por la Spirit. Pero podrían ser lo suficientemente intrigantes como para justificar más investigaciones, al menos.

«Aunque procesos [físicos] completamente abióticos no se descartan para las estructuras de sílice marcianas, satisfacen una definición a priori de posibles biofirmas», escribieron.

* Artículo originalmente publicado por Jonathan O’Callahan. Revisado y traducido por ¡QFC!