Los seres humanos han evolucionado para utilizar el placer sexual intenso, especialmente el orgasmo, para controlar a nuestras parejas, según una nueva investigación publicada en la revista Socioaffective Neuroscience and Psychology.

Esta investigación sobre el placer sexual y los orgasmos también examina por qué las mujeres experimentan el orgasmo menos frecuentemente que los hombres y se pregunta si los orgasmos son una de las maneras que tiene la naturaleza de garantizar el éxito reproductivo.

(Image1n ampliable) Diana Fleischman. Imagen: Helen Yates

La Dra. Diana Fleischman, psicóloga de la Universidad de Portsmouth, en el Reino Unido, explica que tanto el orgasmo como el placer sexual intenso son formas tan fuertes de refuerzo positivo y recompensa que pueden motivar y cambiar nuestro comportamiento. La evolución, argumenta, nos ha entrenado para utilizar el orgasmo y la excitación sexual como monedas. Según dijo la doctora:

«Todos los animales participan en conductas que tienen consecuencias positivas y aprenden a asociar la recompensa con los estímulos que van con ellas, percibiendo esos estímulos, eventualmente, gratificantes en sí mismos. El orgasmo y el placer sexual son intensamente satisfactorios y cuando la gente experimenta placer sexual con otra persona empiezan a verse recompensados ​​por esa persona, por su forma, su olor, su voz, etc. Su pareja se convierte en una recompensa en sí misma y, en última instancia, le aporta ventaja en las relaciones.

«La evolución ha elaborado este deseo de incentivar que los demás hagan nuestra vida más fácil a través de diversos medios, incluso a través del placer sexual. Esto significa que la retención de la recompensa, el comportamiento cortante o ignorar al otro resultará más doloroso. Cuando es en nuestro interés, como puede suceder tras una pelea, estamos recompensando de nuevo”.

Es mucho más probable, dice, que la recompensa o el refuerzo positivo influencien al comportamiento que lo que puede hacer el castigo. «Piensa en cómo usamos a menudo una comida sabrosa, alta en calorías como recompensa. La comida, el calor, el sueño y el placer sexual son ejemplos de recompensas físicas que nos dan placer, nos hacen sentir bien y pueden causar cambios de comportamiento. El sexo es increíblemente poderoso: cuando se trata de placer físico, no hay nada mucho mejor que un orgasmo.»

La Dra. Fleischman sostiene que el comportamiento sexual es más placentero cuando satisface una necesidad. El orgasmo puede ser una señal de devoción hacia la pareja y puede mejorar la unión entre los padres, y dado que el impulso sexual humano no está fuertemente ligado a la fertilidad, puede haberse desarrollado para reforzar la relación entre dos personas.

(Imagen ampliable) Conflicto en la pareja. Imagen: Getty Images

«Recompensar a alguien con placer sexual u orgasmos y hacer que le gustes más a alguien, podría ayudar a construir los cimientos de las personas que se encuentran en relaciones con niños a su cuidado. Los sentimientos de placer y bienestar podrían conducir a asociaciones más positivas y hacerlas más propensas a perdonarse las unas a las otras por errores o indiscreciones que, en el caso de un vínculo de pareja menos reforzado, causarían que uno o ambos abandonaran la relación”.

«El placer de un hombre a través del contacto sexual con la madre de sus hijos puede impedirle asignar su esfuerzo o recursos a otras oportunidades de apareamiento o a otros niños, y para una mujer, el continuo placer sexual con el padre de sus hijos podría impedirle abandonar una relación que está abasteciendo y asegurando el porvenir de su descendencia y podría actuar como una señal tranquilizadora de la paternidad a su pareja».

La investigación también examina si el comportamiento adaptativo puede explicar por qué las mujeres experimentan orgasmos con menor frecuencia que los hombres, lo que sugeriría la presencia de menos conductores biológicos. «Para los hombres, el comportamiento sexual tiene bajos costes potenciales en comparación con los grandes beneficios reproductivos potenciales. Sin embargo, las mujeres pueden reproducirse sólo una vez al año y su inversión parental es mayor, ya que lleva al niño durante nueve meses en su vientre. Cabría esperar que la evolución hubiese sido más selectiva sobre el tipo de comportamiento sexual que es reforzado con el placer extremo.

«Sin embargo, a pesar de que las mujeres no necesitan el orgasmo para concebir, el hecho de que tengan orgasmos es una prueba de que sirven un propósito. Puede que sea porque ya que el orgasmo es variable en las mujeres, puede ser más persuasivo que para los hombres.

Artículo original publicado por la Universidad de Portsmouth. Revisado y traducido por ¡QFC!

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