Puede que un solitario volcán de hielo recientemente descubierto en el planeta enano Ceres tenga algunos hermanos mayores ocultos, según explica un grupo de científicos que ha analizado una manera en la que este tipo de montañas de rocas heladas (llamadas criovolcanes) podrían desaparecer a lo largo de millones de años.
Allá por 2015, la nave espacial Dawn de la NASA descubrió en Ceres el criovolcán Ahuna Mons de 4 kilómetros de altitud. Otros mundos helados en nuestro sistema solar, como Plutón, Europa, Tritón, Caronte y Titán, también podrían poseer criovolcanos, pero Ahuna Mons resalta por encontrarse solo en Ceres. El planeta enano, que orbita entre Marte y Júpiter, también se encuentra mucho más cerca del sol que otros cuerpos planetarios donde se han encontrado criovolcanes.
Ahora, los científicos han demostrado que pudo haber habido otros criovolcanes aparte de Ahuna Mons en Ceres hace millones o miles de millones de años, pero estos criovolcanes pudieron haberse allanado con el tiempo hasta llegar a ser indistinguibles de la superficie del planeta. Los hallazgos han sido reportados en la revista Geophysical Research Letters, que forma parte de la American Geophysical Union.
«Creemos que tenemos una muy buena argumentación para defender que ha habido muchos criovolcanes en Ceres, pero se han deformado», dijo Michael Sori, del Laboratorio Lunar y Planetario de la Universidad de Arizona en Tucson, Estados Unidos, y autor principal del nuevo documento.
Ahuna Mons es una característica prominente en Ceres, elevándose hasta cerca de la mitad de la altura del monte Everest. Su solitaria existencia ha desconcertado a los científicos desde que lo revelaron.
«Imagínate que sólo hubiera un volcán en toda la Tierra», dijo Sori. “Eso sería algo desconcertante”.
Para añadir desconcierto al rompecabezas, las laderas del Ahuna Mons son escarpadas y presenta características bien definidas; que por lo general son signos de juventud geológica, Sori dijo. Eso nos lleva a dos posibilidades: Ahuna Mons no tiene más historia, y se encuentra inexplicablemente solo después de formarse relativamente recientemente en un mundo por lo demás inactivo. O por otro lado, el criovolcán no ni está solo ni es inusual, y existe un proceso en Ceres que ha destruido a sus predecesores y dejó al joven Ahuna Mons como el criovolcán solitario que es en el planeta enano, según Sori.
Ceres carece de atmósfera, por lo que los procesos que erosionan los volcanes en la Tierra (el viento, la lluvia y el hielo) no son posibles en el planeta enano. Sori y sus colegas plantearon la hipótesis de que otro proceso, llamado relajación viscosa, podría ser el causante.
La relajación viscosa es la idea de que casi cualquier sólido fluirá, si se le da el suficiente tiempo. Por ejemplo, un bloque de miel fría parece ser sólido. Pero si se da suficiente tiempo, el bloque se aplanará hasta que no quede ningún vestigio de la estructura del bloque original.
En la Tierra, la relajación viscosa es lo que hace que fluyan los glaciares, explicó Sori. El proceso no afecta a los volcanes en la Tierra porque están hechos de roca, pero los volcanes de Ceres contienen hielo, haciendo posible la relajación viscosa. En Ceres, la relajación viscosa podría estar causando que los criovolcanes más antiguos se allanen a lo largo de millones de años, lo que los haría difíciles de discernir. La ubicación de Ceres cerca del sol podría hacer el proceso más pronunciado, dijo Sori.
Para probar la idea de que la relajación viscosa podría haber provocado el achatamiento de los criovolcanes de Ceres, Sori y sus colegas crearon un modelo usando las dimensiones reales de Ahuna Mons para predecir la rapidez con la que la montaña podría estar fluyendo. Ejecutaron el modelo asumiendo la presencia de diferentes contenidos de agua dentro del material que compone la montaña, desde un 100 por cien de hielo de agua hasta un 40 por cien de hielo de agua, explicó Sori.
Sus hallazgos indicaron que Ahuna Mons tendría que estar compuesto por más de un 40 por ciento de hielo de agua para verse afectado por la relajación viscosa. En esta composición, Sori estima que Ahuna Mons debería verse achatado a un ritmo de entre 10 y 50 metros por millón de años. Eso es suficiente para hacer que los criovolcanes sean irreconocibles pasados cientos de millones o miles de millones de años, lo que sugiere que podría haber habido otros criovolcanes en Ceres, según el nuevo estudio.
«Ahuna Mons tiene más de 200 millones de años, no ha tenido tiempo de deformarse», dijo Sori.
El siguiente paso para Sori y su equipo será tratar de identificar los restos aplanados de los criovolcanes más antiguos en Ceres. Los hallazgos podrían ayudar a los científicos a desentrañar mejor la historia de cómo se formó el planeta enano, agregó.
El nuevo estudio ayudará a los científicos a ampliar su conocimiento sobre qué puede ser posible en los cuerpos planetarios de nuestro sistema solar, según explicó Kelsi Singer, una investigadora postdoctoral que estudia mundos helados en el Southwest Research Institute en Boulder, Colorado, Estados Unidos, y no participó en la investigación.
«Sería interesante comprobar algunas de las otras formaciones de Ceres que asemejan cúpulas potencialmente más antiguas para ver si encajan con la teoría sobre cómo las formas deberían desarrollarse viscosamente con el tiempo», dijo. «Puesto que todas las características criovolcánicas putativas en otros mundos son diferentes, creo que esto ayuda a expandir nuestro inventario de lo que es posible».
Artículo original publicado por el American Geophysical Union. Revisado y traducido por ¡QFC!