Durante su migración de otoño al sur, miles de vencejo de chimenea (Chaetura pelagica) se reúnen al atardecer en una bandada que parece un torbellino antes de lanzarse por una chimenea, de cinco en cinco, para descansar por la noche. No obstante, a diferencia de los estorninos europeos, que forman bandadas masivas durante el día llamadas localmente “murmullos”, los vencejos de chimenea resultan unos aficionados en cuanto a la congregación, y pasan la mayor parte del año en pequeños grupos.

Para entender cómo manejan los pájaros este descenso tan complejo y rápido, los investigadores enfocaron tres cámaras fotográficas a una bandada de 1.800 vencejos de chimenea mientras se canalizaban a través de una chimenea industrial en el centro de Raleigh, Carolina del Norte, en Estados Unidos. Con la creación de un mapa con la posición en 3D de la trayectoria de vuelo de cada ave, hallaron que los vencejos ajustan su ruta de acuerdo con la de sus vecinos más cercanos de vuelo, e ignoran a las aves que están más lejos, según publicaron en la revista Proceedings de la Royal Society B.

Si bien el círculo externo es ordenado y limpio, la cooperación se descompone con el acercamiento de los pájaros a la chimenea, y hacen una carrera hasta la apertura para obtener los mejores sitios de reposo. En ocasiones, estas bandadas rotativas repentinamente invierten la dirección en pleno vuelo, o cambian su patrón de vuelo de círculos a una figura de ocho, haciendo que las aves tengan que esquivarse entre sí. Estas «reglas del descenso» podrían ser usadas para programar bandadas de drones de entrega para asegurar un retorno bien organizado al almacén, evitando costosas colisiones en el aire.

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Artículo publicado en la revista Science. Revisado y traducido por ¡QFC!