La cúpula de la Estación Espacial Internacional, de construcción europea, fue añadida en 2010 y sigue siendo el habitáculo que ofrece las mejores vistas a cualquier lugar.

Además de servir como un área de observación y de trabajo cuando el equipo acciona los brazos robóticos de la estación, también ofrece excelentes vistas de la Tierra, los objetos celestes y los vehículos que se aproximen.

Sus ventanas de sílice fundido y vidrio de borosilicato, sin embargo, en algún momento sufren impactos por objetos artificiales minúsculos: la basura espacial.

El astronauta de la ESA Tim Peake tomó esta foto desde el interior de la cúpula en abril, mostrando un desconchado circular de 7 mm de diámetro creado por el impacto de un pequeño trozo de basura espacial, posiblemente, una partícula de pintura o un fragmento pequeño de metal de tan sólo unas milésimas de milímetro de ancho. El fondo de la fotografía sólo demuestra la negrura del espacio.

«A menudo me preguntan si la Estación Espacial Internacional es golpeado por basura espacial. Sí. Esta es la mella en una de nuestras ventanas cúpula; suerte que es de cuádruple acristalamiento,» dice Tim.

Para prepararse para tales eventualidades, la estación está dotada de un amplio blindaje alrededor de todas las áreas de importancia vital y técnica para la tripulación, por lo que los golpes leves, como éste, no representan una amenaza.

Si bien un desconchado como el que se muestra aquí puede ser de poca importancia, residuos de mayor tamaño podrían suponer una amenaza seria. Un objeto de hasta 1 cm de tamaño podría desactivar un instrumento o un sistema de vuelo crítico en un satélite. Cualquier cosa por encima de 1 cm podía penetrar los escudos de los módulos de tripulación de la estación, y cualquier cosa mayor de 10 cm podría hacer añicos un satélite o una nave espacial.

¡Y basura no falta! El siguiente vídeo muestra el problema que supone la basura espacial con esta animación de la distribución de objetos de origen humano orbitando la Tierra.