Si alguna vez te has preguntado cuáles son los límites de la realidad aumentada, hasta qué punto podría esta tecnología cambiar nuestra vida, o dónde se encuentran los límites de lo razonable, este vídeo muestra la exageración abrumadora de un futuro distópico vista a través de los ojos de una persona anónima. Esta realidad se encuentra bañada de impresiones digitales que cubren un mundo mucho más sobrio y tosco. Pero tras el equipo de realidad aumentada, este mundo se llena de color, de publicidad hasta casi entumecer los sentidos.
Quizás esta visión del futuro no sea particularmente novedosa. Se han visto muchas películas en las que se presenta la realidad como un bombardeo constante de publicidad que inunda vista y oídos, como por ejemplo el Teorema Zero de Terry Gilliam, pero este vídeo nos sumerge en dicha realidad de manera casi clautrofóbica e hipnótica. El vídeo, titulado Hyper-reality es creación del estudio Keiichi Matsuda y fue filmado en Medellín, Colombia por Fractal.
No sabemos si el futuro será así, pero en ¡QFC! tenemos nuestra opinión, avisamos, totalmente subjetiva. Junto con los avances tecnológicos también se suceden avances en la comprensión del comportamiento humano. La publicidad, cada vez más, no trata de llegar al mayor número de gente posible, sino la las personas idóneas. Y conforme más se conoce acerca de las reacciones humanas a la publicidad, mejor se sabe cómo ubicar anuncios y qué tipo de estímulos provocan la respuesta deseada. Puedes hacer el experimento con este vídeo. Reprodúcelo una segunda vez, y trata de encontrar toda aquella publicidad que habías ignorado en la primera reproducción. ¿Qué empresa pagaría por promocionarse «a granel» y apenas ser relevante para el usuario?
Por otro lado, el público por sí mismo dará respuesta a estas preguntas. Si al final un mundo como el presentado en el vídeo genera una experiencia que el usuario del futuro percibe como «enriquecedora», bien podría la realidad seguir sus pasos. Hoy en día es tan sencillo hacer un seguimiento de la respuesta del usuario a los estímulos, que quizás pronto sepamos qué tipo de futuro nos espera. No obstante, nuestra apuesta es un futuro más limpio y menos polícromo, con publicidad personalizada y más bien escasa (comparado con lo que muestra el vídeo), y una realidad aumentada un tanto menos inmersiva.