Algunos animales muestran preferencia por ciertas cosas que nos resultarían grotescas. Uno de los ejemplos más representativos y cómicos podría ser, por ejemplo, el escarabajo pelotero, que detecta lo que para nosotros sería un montón de deshechos pero para él es una montaña de comida, y la transporta en pequeñas porciones redondeadas hasta su galería subterránea.
Pero los escarabajos peloteros no necesitarían hacer todo esto si hicieran como los perleros, diminutos peces que, directamente, van a la fuente de alimento y la utilizan de hogar. Es el caso de la especie Encheliophis, quien escoge habitar en el interior del ano de las holoturias o pepinos de mar.
De hecho, tanto les gusta este hábitat, que los adultos residen allí de manera permanente, alimentándose, entre otros, de las gónadas de los pepinos y haciendo de un ano, una casa. A pesar de que generalmente los perleros habitan los anos solos o en parejas, en un caso en particular en 1977 se llegaron a documentar hasta 15 perleros habitando conjuntamente un mismo ano de pepino de mar.
Una vez se han apareado en su interior dando paso a una nueva generación, las larvas, no obstante, habitan en aguas abiertas mezclándose con el plancton marino.
El siguiente vídeo muestra este único pero poco atractivo comportamiento de los perleros. ¡Hogar dulce hogar!