A tan sólo unos pocos días de programarse el fatal aterrizaje en la superficie del cometa 67P, la nave espacial Rosetta sigue produciendo descubrimientos sorprendentes. Y no nos referimos sólo al descubrimiento del módulo de aterrizaje perdido en este cometa.

Ahora, científicos informan que Rosetta detectado moléculas orgánicas complejas en el polvo que rodea su cometa. Esto fortalece el argumento de que los componentes básicos de la vida podrían proceder de las rocas espaciales heladas.

Ya se ha insinuado antes que moléculas orgánicas complejas, que son mezclas mayormente formadas por carbono, hidrógeno y oxígeno que forman la base de nuestra biología, pudieran provenir de cometas, especialmente durante los rápidos sobrevuelos del cometa Halley. Pero Rosetta es la primera misión en capturar partículas orgánicas de polvo lanzadas desde la superficie de un cuerpo, dando a los científicos una visión detallada de su composición.

(Imagen ampliable) Comparación del espectro determinado por Kenneth y Juliette con la composición del material orgánico en un meteorito condrítico encontrado en la Tierra. Las líneas rojas muestran granos de polvo del cometa mientras que las líneas negras muestran muestran el meteorito en sí. Imagen: ESA/Rosetta/Equipo MPS para COSIMA

Dos de esos granos de polvo, curiosamente apodados Kenneth y Juliette, son objeto de un artículo científico publicado esta semana en la revista Nature. Estas partículas, capturadas en mayo y octubre de 2015 y se analizaron con un espectrómetro de masas a bordo de Rosetta, cada uno de estos nimios granos contiene moléculas basadas en el carbono unidas entre sí formando grandes estructuras, de forma similar a la materia orgánica que se encuentra en los meteoritos de condritas carbonáceas aquí en la Tierra.

«Nuestro análisis revela carbono en una forma mucho más compleja de lo esperado», dijo Hervé Cottin, un co-autor del nuevo estudio, en un comunicado. «Es tan complejo que no podemos darle una fórmula apropiada, ¡o un nombre!»

El hallazgo es importante por varias razones. Por un lado, se sustenta sobre los primeros descubrimientos realizados por el módulo de aterrizaje Philae, en las horas previas al agotamiento de las baterías en la superficie del cometa 67P. Mientras Philae únicamente olfateó compuestos orgánicos muy ligeros y gaseosos conocidos como volátiles, este nuevo análisis se centró en partículas grandes y sólidas, que indican una química orgánica más compleja.

En segundo lugar, los científicos han debatido durante mucho tiempo si los compuestos orgánicos encontrados en las muestras de meteoritos vienen del espacio, o si estas rocas estaban contaminadas después de un aterrizaje en un planeta biológico. El descubrimiento de moléculas similares en el espacio mismo refuerza el argumento de que este material que vemos en los meteoritos a base de carbono, vino de fuera de la Tierra.

Por último, el descubrimiento de Rosetta ofrece una tentadora idea de lo que está por venir de la misión de retorno de muestras de asteroides Osiris-Rex de la NASA. Esta misión es la primera de su tipo en intentar tomar una muestra de material de una roca espacial y traerla de vuelta a la Tierra para su análisis, se espera que la misión Osiris-Rex nos aporte una visión detallada de la composición de los cuerpos presentes en el patio trasero de nuestro planeta. Esta misión, que ha sido lanzada recientemente, implica que incluso ahora que decimos adiós a Rosetta, esperamos muchas más noticias acerca de si todos los Kenneths y Juliettes que encontremos por ahí son nuestros ancestros distantes.

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