¿Qué se obtiene cuando se mezclan las células del corazón de una rata con silicona de implantes mamarios y luego se espolvorea un poco de oro e ingeniería genética? No, no el próximo proyecto de cara de una celebridad. Lo que en realidad se obtiene es este increíble robot «vivo». Desarrollado por un equipo de investigadores de la Universidad de Harvard, esta maravilla de la bioingeniería se parece, se flexiona y nada como un pequeño pez raya.
La “roborraya” se compone de cuatro capas diferenciadas: primero, un sustrato de silicona forma su cuerpo, luego se adhiere un sistema esquelético hecho de alambre de oro, seguido de esto se añade una segunda capa de silicona que aísla el esqueleto y, finalmente, 200.000 células de rata de genéticamente diseñadas. Esas células están creadas para contraerse cuando se exponen a una longitud de onda específica de la luz. Cuando lo hacen, el robot nada de forma efectiva de la misma manera ondulante que hace su homónimo. Lo que es más, la «forma de vida biológica», como la describe el investigador principal Kit Parker, automáticamente sigue la fuente de luz, conforme nada a través del líquido rico en nutrientes que mantiene sus células vivas, lo que le permite ser controlado de forma remota.
La roborraya no puede sobrevivir fuera del laboratorio todavía. Incluso aunque no necesitara su líquido especializado, las células de rata carecerían de sistema inmunológico y serían atacadas inmediatamente por bacterias y hongos patógenos. Aun así, Parker espera que pueda conducir a otros a desarrollar un corazón completo diseñado genéticamente, entre otras cosas.
«Los expertos en robótica y los ingenieros pueden ver diferentes formas de utilizar las células biológicas como materiales de construcción», dijo Parker. «Los biólogos marinos pueden echar un vistazo y comprender mejor por qué los tejidos musculares en las rayas son construidos y se organizan de la manera en que lo hacen».
Según explica el vídeo más abajo: Esta es una criatura artificial. Ni es un robot, ni es un organismo viviente. El pequeño cuerpo elástico ha sido construido para que se parezca al de una raya. Un esqueleto rígido de oro le aporta una manera de almacenar energía elástica. (Cuerpo elastómero, esqueleto de oro, 200.000 cardiomiocitos). Cuando se expone a la luz los cardiomiocitos se contraen y la raya bate las aletas. Las células han sido plasmadas siguiendo un dibujo de zigzag. Esto dicta el movimiento de las aletas ya que las células se contraen una después de la otra. Cada aleta ha sido afinada para responder a un tipo de luz, permitiéndole a la roborraya virar. ¿Por qué crear una raya híbrida? Por el lado del diseño tejidos, aprender a estructurar y controlar las células del corazón podrían permitir la creación de corazones artificiales. Por el lado del animal artificial, híbridos como estos allanan el camino para la creación de criaturas artificiales que pueden usar una gran variedad de recursos sensoriales y responder con comportamientos complejos. Un paso más hacia la cognición sintética.