Las cuevas de la luna podrían proporcionar resguardo para los astronautas que exploran al vecino más cercano de la tierra, según explican los investigadores.

El espacio es un ambiente duro. La radiación del sol, los rayos cósmicos galácticos y los micrometeoritos que caen constantemente representan una amenaza para los exploradores humanos.

«Un tubo de lava proporciona un refugio seguro de todas estas condiciones ambientales peligrosas», explicó Rohan Sood, miembro del equipo de estudio y estudiante graduado de la Universidad de Purdue en Indiana, Estados Unidos.

Un nuevo análisis de los datos recopilados por las naves espaciales gemelas de la NASA GRAIL (Gravity Recovery e Interior Laboratory), que mapearon el campo gravitacional de la Luna con un detalle sin precedentes, presentaron una serie de nuevos candidatos de tubos de lava, que son estructuras similares a cuevas que podrían ser lo suficientemente grandes como para albergar suministros y astronautas.

Sood presentó más de una docena de tubos de lava potenciales en la 47ª Conferencia de Ciencias Lunares y Planetarias en The Woodlands, Texas, Estados Unidos.

A la caza de cuevas lunares

(Imagen ampliable) Esta fosa hallada en Mar Tranquillitatis en la luna podría proveer acceso a un tubo de lava. Imagen: NASA/GSFC/Arizona State University

La lava que fluye a través de la superficie de la luna puede endurecerse y formar una cáscara protectora. Cuando el interior de la cáscara se derrumba, dejando atrás una cáscara ahuecada, se crea un tubo de lava. Las fosas (como claraboyas), que se forman a partir del colapso parcial de un tubo, también deberían ser más grandes bajo la gravedad inferior de la luna, permitiendo una exploración más fácil de los tubos de lava, dijeron los investigadores.

Las dos sondas GRAIL mapearon con gran precisión el campo gravitacional de la luna desde la órbita desde marzo hasta diciembre de 2012. Debido a que la atracción gravitacional está relacionada con la masa, una región hueca como un tubo de lava tiraría de la nave ligeramente menos que la tierra sólida. En el nuevo estudio, Sood y sus colegas estudiaron los datos de GRAIL para buscar pequeñas diferencias que pudieran indicar la presencia de tubos de lava en las llanuras de lava, o mar, de la luna.

Primero, el equipo se centró en ciertos pozos previamente identificados en el lado más cercano de la luna que pudieran doblar como fosas. Las observaciones de GRAIL sugirieron que dos de estos pozos podrían estar conectados a tubos de lava. La nueva investigación reveló que la fosa en la región de Marius Hills probablemente esté conectada a un tubo de lava debajo.

A continuación, los científicos buscaron en el mar lunar signos de tubos de lava sin rasgos superficiales visibles. Encontraron por lo menos 10 grandes candidatos, algunos de casi 1,6 kilómetros de ancho y extendiéndose a lo largo de 100 km de longitud.

Pero podrían existir también aún más tubos que serían demasiado pequeños para ser recogidos por GRAIL, según observó Sood.

«Realmente estamos escudriñando los datos de GRAIL para ver cualquier cosa en absoluto», dijo el coautor y científico planetario Jay Melosh, también de Purdue, con respecto a las características más pequeñas. «Sólo las vemos en las pasadas de las naves espaciales GRAIL cuando sobrevolaron la superficie bastante bajas, pero podemos ver las grandes».

Esto significa que los tubos de lava de menos de 1 kilómetro de ancho podrían fácilmente escapar a la detección.

Grandes canales, conocidos como rimae, alimentaban los grandes campos de lava en la superficie lunar. Podían llegar a alcanzar entre 4 y 5 kilómetros de ancho y medir hasta 0,5 kilómetros de profundidad, las características son enormes, en comparación con los estándares terrestres.

«En la Tierra no encontramos nada con un tamaño comparable», explicó Melosh.

(Imagen ampliable) La ciudad de Filadelfia aparece en el interior de un tubo de lava teórico. El equipo de la Universidad de Purdue exploró si tubos de más de 1 km de ancho podrían permanecer estructuralmente estables en la luna. Imagen: Purdue University/courtesy of David Blair

Los enormes rimae sugieren que los caudales de lava en la luna eran más altos que los de la Tierra, y que los tubos de lava deberían ser más abundantes. La gravedad lunar inferior también significa que los grandes tubos de lava deberían ser más estables que los que se encuentran en la Tierra, haciendo menos probable su derrumbamiento. Esto podría explicar por qué se han detectado tan pocas fosas, dijeron los investigadores.

«Un análisis de la estabilidad de los tubos de lava halló que los tubos de lava de 5 kilómetros de ancho y 3 kilómetros de altura en la luna son perfectamente estables», dijo Melosh. Describió cómo el autor de aquella investigación, David Blair de Purdue, demostró que un tubo de lava lo suficientemente grande como para contener la ciudad de Filadelfia sería estable en la luna.

«Eso es una pequeña sorpresa», dijo Melosh.

Espeleología en la luna

Los exploradores humanos no han puesto el pie en la luna desde la misión del Apolo 17 en 1972. Cuando vuelvan los astronautas, los tubos de lava podrían ayudarles a instalarse cómodamente. No obstante, estos sitios deberían ser estudiados y examinados por una nave espacial robótica antes de que los humanos sean enviados allí, dijeron Sood y Melosh.

«Nos gustaría enviar una misión que haga uso de radar», dijo Sood. «Eso nos dará la posibilidad de reconocer esos tubos de lava con mucha más claridad, y potencialmente encontrar tubos de lava más pequeños, que por su resolución no hayan podido ser detectados por GRAIL».

La caza de más fosas en la luna también ayudaría, ya que estas características hacen más fácil explorar tubos de lava.

«Si ya tenemos un punto de acceso, es una mejor oportunidad de entrar en [un tubo de lava] que excavar», dijo Sood.

El tubo de lava asociado con la fosa que se halla en la región de Marius Hills de la luna es grande, dijo Melosh. Eso no implica que esté completamente vacío. Un rastreo por radar no sólo podría verificar hasta qué punto se estiran los tubos de lava, sino también determinar si los derrumbes los han bloqueado. Más tarde, astromóviles podrían explorar un tubo de lava candidato.

Todos estos pasos son necesarios antes de que los humanos sean enviados en un viaje de acampada lunar. [Este asentamiento quizás se pudiera lograr en combinación con esta idea a bajo coste que presentamos en ¡QFC! no hace mucho, para abaratar aún más los costes.]

«Lo que no quieres hacer es poner a un grupo de astronautas con un taladro y hacer que perforen en algo sólo para encontrarlo obstruido con escombros», dijo Melosh.

Los tubos de lava lunar también proporcionan una excelente oportunidad para que los científicos aprendan sobre la vida fuera del planeta antes de enviar astronautas a Marte. Estas fosas también han sido identificadas en el Planeta Rojo y podrían ayudar a los astronautas a asentarse en misiones a largo plazo.

La luna «nos dará la oportunidad de aprender sobre los tubos de lava antes de intentar hacer algo en Marte», dijo Sood.

Artículo original publicado en Space. Revisado y traducido por ¡QFC!