El gobierno federal de EE.UU. ha anunciado planes para levantar la suspensión a la financiación de ciertos experimentos polémicos que utilizan células madre humanas para crear embriones animales que son en parte humanos.
Los Institutos Nacionales de Salud (conocido como el NIH por sus siglas en inglés) proponen una nueva política para permitir a los científicos obtener fondos federales para crear embriones, conocidos como quimeras, bajo ciertas condiciones cuidadosamente controladas. Este organismo ya dictó una suspensión a la financiación de estos experimentos en septiembre de 2015, ya que podrían plantear problemas éticos. La discusión de la ética en la investigación es muy común en la ciencia, y es deseable, ya que esto la permite avanzar con paso firme, pero tratando de evitar daños colaterales. No hace mucho hablamos del problema ético que suponía mantener con vida a embriones humanos durante más de 14 días, que es el límite legal, ya que se ha demostrado que con la tecnología actual sería posible hacerlo. Puedes leerlo aquí.
Un problema es que los científicos podrían crear inadvertidamente animales que tuvieran cerebros parcialmente humanos, dotándolos de una cierta semejanza a la conciencia humana o a las habilidades de pensamiento humanos. Otra es que podrían convertirse en animales con esperma humano y óvulos y procrear, produciendo embriones humanos o fetos dentro de animales o seres híbridos.
Pero los científicos han argumentado que podrían tomar medidas para prevenir esos resultados y que los embriones proporcionarían herramientas muy valiosas para la investigación médica.
Por ejemplo, los científicos esperan poder utilizar los embriones para crear modelos animales de enfermedades humanas, lo que podría conducir a nuevas formas de prevenir y tratar las enfermedades. Los investigadores también esperan producir ovejas, cerdos y vacas con corazones, riñones, hígado y páncreas humanos, y posiblemente otros órganos que podrían ser utilizados para trasplantes.
Para hacer frente a las preocupaciones éticas, la nueva política del NIH impone una serie de restricciones. Por un lado, propone prohibir la introducción de ciertos tipos de células humanas en embriones de primates no humanos, tales como monos y chimpancés, incluso en etapas más tempranas del desarrollo de lo que estaba prohibido actualmente.
Estas protecciones adicionales han sido añadidas ya que estos animales están tan estrechamente relacionados con los seres humanos. Sin embargo, la política levantaría la moratoria a la financiación de experimentos con otras especies. Debido a las preocupaciones éticas, sin embargo, al menos algunos de los experimentos serían sometidos a un escrutinio adicional por parte de un nuevo comité especializado compuesto por funcionarios del gobierno.
Dicho comité, por ejemplo, debería considerar experimentos diseñados para crear animales con células del cerebro humano o de tejido cerebral humano. Los científicos podrían querer crearlos para estudiar enfermedades neurológicas como el Alzheimer y la enfermedad de Parkinson. Sin embargo, los experimentos se someterían a un escrutinio intenso en caso de que se detectara alguna posibilidad de que podría haber una «contribución sustancial» o «modificación funcional sustancial» al cerebro del animal.
Además, el NIH podría incluso considerar experimentos que pudieran potencialmente dar lugar a animales con espermatozoides y óvulos humanos, ya que pueden ser útiles para el estudio del desarrollo humano y la infertilidad. Pero en ese caso habría que adoptar las medidas necesarias para evitar que los animales se reproduzcan. Lo cierto es que, como mostramos aquí, ya se ha conseguido obtener células espermáticas funcionales a partir de células madre.
«Estoy seguro de que estos cambios propuestos permitirán a la comunidad de investigación del NIH desarrollar esta prometedora área de la ciencia hacia adelante de una manera responsable», escribe Carrie Wolinetz, directora asociada del NIH de principios científicos.
«Al final del día, queremos asegurarnos de que esta investigación avanza porque es muy importante para nuestra comprensión de las enfermedades. Es importante para nuestra misión de mejorar la salud humana», dijo en una entrevista con NPR. «Pero también queremos estar seguros de que hay un par de ojos extra en estos proyectos ya que presentan toda una serie de preocupaciones éticas asociadas con ellos».
Varios científicos dijeron que están encantados con la nueva política. «Es una muy, muy buena noticia que el NIH considerará la financiación de este tipo de investigación», dice Pablo Ross, un biólogo evolutivo de la Universidad de California que en encuentra hoy en día tratando de hacer crecer órganos humanos en animales de granja. «Necesitamos fondos para ser capaces de responder a algunas preguntas muy importantes».
Pero los críticos denunciaron la decisión. «Los escritores de ciencia ficción podrían haber imaginado mundos como éste, como La isla del Dr. Moreau, Un mundo feliz, Frankenstein», dice Stuart Newman, biólogo de la New York Medical College. «Ha habido especulaciones. Pero ahora se están volviendo más reales. Y creo que no podemos decir que ya que es posible, entonces hagámoslo.»
El público tiene 30 días para comentar sobre la nueva política propuesta. El NIH podría comenzar a financiar proyectos ya en a principios de 2017.