Un equipo internacional dirigido por geólogos de la Universidad de Leicester, en el Reino Unido, ha realizado la primera estimación del tamaño de la estructura física de la tecnosfera del planeta, y sugiere que su masa es de aproximadamente 30 billones de toneladas.

La tecnosfera está compuesta por todas las estructuras que los seres humanos han construido para mantenerlos vivos en el planeta, desde casas, fábricas y granjas hasta sistemas informáticos, teléfonos inteligentes y CDs, hasta los residuos en vertederos y basureros.

En un nuevo artículo publicado en la revista The Anthropocene Review, los profesores Jan Zalasiewicz, Mark Williams y Colin Waters, del Departamento de Geología de la Universidad de Leicester, lideraron un equipo internacional que sugiere que el grueso de la tecnosfera del planeta tiene proporciones escalofriantes, llegando a suponer unos 30 billones de toneladas, que se traducen en más de 50 kilos por cada metro cuadrado de superficie terrestre.

(Imagen ampliable) Profesor Jan Zalasiewicz. Imagen: Universidad de Leicester

Según explicó el profesor Zalasiewicz, «la tecnosfera es la creación del científico estadounidense Peter Haff, que es además uno de los coautores de este artículo. Son todas las estructuras que los humanos, ahora en gran número, han construido para mantenerlos vivos en el planeta: casas, fábricas, granjas, minas, carreteras, aeropuertos y puertos de embarque, sistemas informáticos, junto con sus desechos descartados”.

«Los seres humanos y las organizaciones humanas forman parte de ella, también (aunque no siempre tengamos el control que creemos que tenemos, puesto que la tecnosfera es un sistema, con su propia dinámica y flujos de energía) y los seres humanos tienen que ayudar a mantenerlo en marcha para sobrevivir».

El concepto de Antropoceno, una edad geológica propuesta que resalta el impacto que los seres humanos han tenido en el planeta, ha propiciado la comprensión de que los seres humanos han cambiado enormemente la Tierra.

El profesor Williams apuntó: «Se puede decir que la tecnosfera ha brotado de la biosfera y, sin duda, ahora es, al menos en parte, parasítica de esta. En su escala actual, la tecnosfera es un nuevo fenómeno importante de este planeta y está evolucionando extraordinariamente rápido.

«Comparado con la biosfera, sin embargo, es notablemente pobre en el reciclaje de sus propios materiales, tal y como revelan nuestros vertiginosos emplazamientos de vertederos. Esto podría ser una barrera para ulterior éxito; o podría detenerla por completo».

Los investigadores creen que la tecnosfera es una medida de hasta qué extensión hemos remodelado nuestro planeta.

(Imagen ampliable) Posiblemente pasará a formar parte del estrato de la tecnosfera. Imagen: Universidad de Leicester

«La tecnosfera no se limita a su masa», observa el profesor Waters. «Ha permitido la producción de una enorme variedad de objetos materiales, desde simples herramientas y monedas, hasta bolígrafos, libros y CDs, hasta ordenadores y los teléfonos inteligentes más sofisticados. Muchos de estos, si quedan sepultados en estratos, pueden quedar preservados en el futuro geológico distante como «tecnofósiles» que ayudarían a caracterizar y fechar el Antropoceno. [No es difícil de imaginar un estrato de materia artificial ya que, como mostramos en esta historia, el ser humano ha llegado a crear continentes enteros de plástico en el mar]

Si los tecnofósiles fueran clasificados del mismo modo que los paleontólogos clasifican los fósiles normales, basados en su forma, dimensiones y textura, el estudio sugiere que el número de tipos individuales de «tecnofósil» presente en el planeta probablemente supere los mil millones, superando así en número a las especies bióticas que ahora viven.

La investigación sugiere que la tecnosfera es otra medida de los extraordinarios cambios impulsados por la humanidad que están afectando a la Tierra.

El profesor Zalasiewicz añadió: «La tecnosfera puede ser geológicamente joven, pero evoluciona con una velocidad furiosa, y ya ha dejado una huella profunda en nuestro planeta».

Artículo original publicado por la Universidad de Leicester. Revisado y traducido por ¡QFC!