Encélado, la luna helada de Saturno, posee una gran cantidad de snacks aptos para la vida microbiana.
Los datos de la nave espacial Cassini han desvelado un alto contenido de hidrógeno molecular en la pluma vaporosa emitida del polo sur de la luna. Probablemente se genera cuando el agua del océano subterráneo de la luna reacciona con la roca en su núcleo, según informaron los investigadores en la revista Science. Estas reacciones, en las fuentes hidrotermales y en otros ambientes extremos en la Tierra, producen altas concentraciones de hidrógeno que algunos microbios utilizan como alimento. Según indica el equipo, existe suficiente hidrógeno en Encélado para mantener la vida microbiana.
«No estamos diciendo que Encélado tenga vida, pero este descubrimiento hace que la luna ascienda puestos en la lista de lugares potencialmente habitables en el sistema solar», dice el coautor del estudio J. Hunter Waite, del Southwest Research Institute en San Antonio, Estados Unidos. [Otros mundos del sistema solar que hemos explicado en ¡QFC! se encuentran en esa lista incluyen Ceres, donde se han encontrado moléculas orgánicas, Marte, cuya atmósfera se ha visto que podrían sobrevivir los microbios, además de más evidencias aportadas por Curiosity o la existencia de enormes depósitos de hielo bajo su superficie, Titán, que puede disponer, hoy, de las condiciones prebióticas necesarias para la vida, o Europa, que podría albergar vida en sus océanos.]
Encélado se convirtió en un buen objetivo para encontrar vida más allá de la Tierra cuando los investigadores encontraron un océano global bajo el exterior helado de la luna con indicios de actividad hidrotermal. La gran pregunta era si el océano albergaba hidrógeno molecular, que es una fuente de energía que podría ayudar a nutrir microbios en ausencia de luz solar, explica Chris McKay, astrofísico de la NASA Ames Research en Moffett Field, California, Estados Unidos, que no participó en el estudio.
Los investigadores ya habían intentado medir el hidrógeno molecular en la pluma en vuelos anteriores con Cassini. Pero, según dice Waite, la nave espacial se desplazaba demasiado rápido, a unos 64.800 kilómetros por hora. El 28 de octubre de 2015, Cassini tomó una inmersión profunda en la pluma a una velocidad más lenta, unos 30.600 kilómetros por hora, dando al equipo suficiente tiempo para realizar una medición precisa: el hidrógeno molecular forma entre un 0.4 y un 1.4 por ciento del gas de la pluma. La mayoría del material expulsado es agua, con trazas de dióxido de carbono, metano y amoníaco, según el equipo.
«El nivel de H2 está muy por encima del límite [mínimo necesario] para la vida», dice McKay. Estudios de laboratorio demostraron que los microbios que se alimentan con hidrógeno necesitan la nimiedad de 10 partes por millón de en su entorno para sobrevivir: 0.4 por ciento, o 4.000 partes por millón, proporcionaría una abundancia de alimento, explica.
Tal abundancia de hidrógeno fue sorprendente, dice Waite. Tanto él como sus colegas consideraron si el gas podría provenir de la actividad hidrotermal, de otros procesos o posiblemente del material sobrante tras la formación de la luna. Los cálculos mostraron que sólo la actividad hidrotermal en curso podría producir suficiente hidrógeno.
El resultado, dice McKay, «confirma que el océano de Encélado sería un lugar atractivo para la vida». Posee tal madurez para la vida que la NASA quiere asegurarse de que Cassini no contamine ni la luna, ni su vecina Titán, con terrícolas ajenos a ellas. La nave espacial se está quedando sin combustible y accidentalmente podría chocar contra uno de estos mundos helados. Para evitar esto, Cassini iniciará una serie de órbitas alrededor de Saturno [planeta al que dedicamos una historia para explicar su gran hexágono, sus anillos y las misiones que hemos enviado allí] el 23 de abril de 2017 que terminarán con una inmersión mortal en la atmósfera del planeta en septiembre del mismo año.
Artículo original publicado por Science News. Revisado y traducido por ¡QFC!