Si no puedes vencerlos, demándalos. Los ciudadanos están llevando cada vez más a los gobiernos ante los tribunales por su inacción sobre el cambio climático; y los prestamistas financieros, y posiblemente las grandes empresas, serán los siguientes.

Se han presentado unos 894 casos relacionados con el cambio climático en 24 países, según un informe publicado por el Programa Ambiental de las Naciones Unidas y el Centro Sabin de la Ley de Cambio Climático de la Facultad de Derecho de Columbia en Nueva York, Estados Unidos.

La mayoría de los casos, con mucho, 654, han sucedido en Estados Unidos. Australia ocupa el segundo lugar con 80 casos, y el Reino Unido tercero, con 49. España comparte el quinto puesto mundial con Canadá, con 13 casos. El número de países con casos climáticos se ha triplicado desde 2014.

Los ciudadanos han presentado la gran mayoría de estos casos contra los gobiernos, y sólo un puñado se ha presentado contra empresas de combustibles fósiles.

Por otra parte, el grupo de campaña ClientEarth ha escrito a los gigantes energéticos BP y Glencore advirtiéndoles del riesgo de que se produzcan demandas de inversores basadas en declaraciones excesivamente optimistas sobre la futura demanda de combustibles fósiles en sus reportes.

Victorias y derrotas

En los últimos años se han registrado importantes victorias en casos de cambio climático. El grupo ambiental Urgenda, por ejemplo, ganó un caso histórico en 2015 que obligó al gobierno holandés a comprometerse a mayores recortes de emisiones. Y en 2015, un agricultor paquistaní demandó con éxito a su gobierno por no implementar una acción adecuada contra el cambio climático.

Otros no han tenido el mismo éxito. El año pasado, la Australian Conservation Foundation perdió una batalla legal por la aprobación del gobierno australiano de la construcción de la “megamina” de carbón Adani Carmichael. Y en el Reino Unido, los activistas contra el fracking recientemente perdieron un caso contra una operación de extracción de gas de esquisto. [Puedes leer más acerca del frácking, qué es y qué riesgos conlleva, aquí. También puedes ver el efecto sobre el medio ambiente, ya que terremotos inducidos por el fracking vuelven al centro de EE.UU. tan activo como California, que puedes leer aquí, y además ha sido causante de más de 6.600 derrames en sólo 4 estados de este país, que puedes leer aquí.]

Sin embargo, es probable que la tasa de éxito de los casos climáticos crezca a raíz del acuerdo de París, dice el informe. En virtud del acuerdo, que fue ratificado a finales del año pasado, cada país está comprometido con metas específicas de emisiones [si bien, como mostramos en esta historia, estamos en camino de pasar de 1,5°C de calentamiento global en menos de 10 años].

Aunque estos compromisos no son jurídicamente vinculantes, hacen «posible que los electores articulen con mayor precisión y fuerza sus preocupaciones sobre las diferencias que puedan existir entre las políticas actuales y las políticas necesarias para lograr los objetivos de mitigación y adaptación», dicen los autores.

Esto ya está empezando a surtir efecto. En marzo, EarthLife Africa desafió con éxito la aprobación del gobierno sudafricano de una nueva central eléctrica de carbón. La decisión del tribunal superior se basó en parte en el compromiso del país con el acuerdo de París.

Cómo ser creativo

Los equipos legales también están encontrando maneras innovadoras de hacer que los gobiernos tengan en cuenta el cambio climático, dice Brendan Sydes de Environmental Justice Australia. «Se está dando un esfuerzo internacional entero, y se está vertiendo mucha energía e intelecto en el desarrollo de nuevos remedios legales», dice.

Un ejemplo es en los Estados Unidos, donde 21 jóvenes han presentado un caso contra el gobierno por no proteger su futuro de un cambio climático peligroso. En lugar de apelar a las leyes ambientales, los jóvenes han invocado la «doctrina de la confianza pública», un antiguo principio que sostiene que ciertos recursos naturales pertenecen a todos y deben ser protegidos por el Estado.

Los bancos y otras instituciones financieras que prestan dinero a proyectos relacionados con los combustibles fósiles también pueden ser objeto de acciones legales, dice Sydes. Cada vez hay más reconocimiento de que los directores que no consideren los riesgos climáticos podrían ser responsables de incumplir su deber de atención y diligencia, dice.

Esto ya está causando que algunas empresas se distancien de las inversiones centradas en el carbón. Por ejemplo, tres de los cuatro principales bancos de Australia han descartado recientemente otorgar préstamos para la construcción de la mina Adani Carmichael. Y en todo el mundo, casi 700 instituciones en 76 países se han comprometido a poner fin a su inversión en empresas de combustibles fósiles.

El crecimiento de estos litigios en todo el mundo muestra que muchos ciudadanos esperan que los tribunales puedan obligar a los gobiernos y las corporaciones a actuar sobre el cambio climático, dice Sydes. «La gente está recurriendo cada vez más a los tribunales para averiguar los deberes y obligaciones de los gobiernos y corporaciones que actualmente no están actuando suficientemente contra el cambio climático», dice. «Es probable que esta tendencia continúe».

Artículo original publicado por New Scientist. Revisado y traducido por ¡QFC!